15 de julio de 2013

FIN DE SEMANA LARGO Y EXTRAÑO

Lo llamo extraño porque, en realidad, no encuentro un calificativo que lo defina del todo; porque ha sido un fin de semana del todo inesperado; porque no ha sido lo que estaba planeado, pero ha sido feliz, que, a decir verdad, es lo que más me importa en este momento. Y ha sido largo porque, por motivos que no explicaré, se ha prolongado hasta el lunes, lo cual nos ha dado tregua de calores y prisas, permitiéndonos trasnochar ayer, domingo, y pasear tranquilamente por el centro de la capital en horario incompatible con mi actividad laboral. A pesar del calor, pasear por Madrid en verano, por las mañanas, es todo un privilegio que sólo unos cuantos turistas locos disfrutan cada año. Te invito a probar...

Este fin de semana raro nos ha servido, entre otras distracciones, para volver a meternos en una fresca y acogedora sala de cine y disfrutar de la proyección de origen sueco El hipnotista, basada en el homónimo libro del matrimonio  Ahndoril, más conocidos bajo el seudónimo de Lars Kepler. 

¿Cuánto tardarán en hacer una versión norteamericana?


La historia no desmerece en absoluto, si bien difiere, en ciertos aspectos, del argumento original narrado en el libro. Un largometraje muy recomendable para las noches de verano.

El mismo sábado, unas horas antes, nos tropezábamos en algún canal de televisión con otro largometraje que nos llamó la atención y, aunque empezado, vimos con cierta curiosidad. El corazón de la bestia es algo así como una adaptación moderna del cuento que popularizara la factoría Disney aunque, en realidad, está basada en la novela La bestia, de Alex Flinn. No es un film de altos vuelos ni cuenta con un reparto excepcional, pero resultó entretenida y me dejó con la impresión de que esta historia podría dar mucho más de sí. Además, ver a Barney Stinson (Cómo conocí a vuestra madre) convertido en tutor invidente con traje y corbata, no tiene precio, jejeje... (se trata del actor Neil Patrick Harris).

¿Dónde están Din Don, Lumiere y la Sra. Paotts?

La misma tarde del mismo sábado descubrí, en el mismo canal, que van a empezar a emitir una serie de idéntica temática y argumento. ¡Qué casualidad!

El domingo se presentaba, del mismo modo que el día anterior, caluroso y largo y, después de suspender una más que programada escapada a mi Málaga natal, nos sobraba tiempo y nos faltaban actividades con las que distraer la mente de los rigores de este mes de julio, que parece haberse enfadado con el interior de la península. Así, pues, aprovechamos para hacer unas compras y salir de casa, que no todo es comida de chino a domicilio y pelis. ¿O sí?

Los centros comerciales de esta capital, que se me antoja absurda, cobran un cariz muy diferente en la época estival. Puedes contemplar en ellos una fauna mucho más relajada que en cualquier otra época del año. Ancianos y nietos que buscan el frescor de estos inmensos frigoríficos; currantes que no gozan de vacaciones, al menos por ahora; despistados que aprovechan días libres para conocer una de las tantas grandes superficies comerciales que no paran de inaugurarse en las inmediaciones de este gran área metropolitana que nos cobija; trabajadores y otros individuos malhumorados que ocultan su frustración tras una amable sonrisa, todo corteses y serviciales. Todo sea por lograr cambiar unos cuantos euros de tu bolsillo al de su benefactor, que le permite trabajar para seguir gastando...

Nuestro paso por el centro comercial (al que hoy no haré publicidad alguna) nos sirvió para tomar un refresco y llenar un poco la nevera, además de permitirnos el capricho de unas cervezas para acompañar la película de la noche. Porque, seamos realistas, en una gran capital como es Madrid, cada vez que pisas la calle para no estar en casa, te dejas los cuartos la mar de a gusto. Te los sacan!!! Así que, puestos a seguir en racha con nuestro cinéfila adicción, mejor proveerse de vicios en el supermercado y plantarse delante de la TV, ventilador a medio rendimiento, ventanas abiertas, cena ligera y película densa:

Librarte de las cadenas y tomarte la justicia por tu cuenta... ¿A que apetece?

Si eres de los que empatizan con los personájes débiles de las películas, no veas esta. Es dura y, a la vez, cómica. Es de Tarantino, ¿¡Qué esperabas?!
Django es uno más de los miles de negros maltratados y utilizados como meras herramientas o animales de labor y distracción, al servicio de los prepotentes señores blancos del sur de los EUA. O, tal vez, no sea uno más. Django logra lo que a muchos de nosotros, gente libre, nos gustaría hacer alguna vez en nuestras vidas. Y no diré lo que estoy pensando porque he logrado (casi) llevar este blog de forma políticamente correcta durante mucho tiempo pero, ¿no me dirás que nunca te ha apetecido tomarte la justicia por tu mano...?

No soy un fanático de las películas del Quentin Tarantino, pero he de admitir que desde que vi la saga Kill Bill, muestro cierta predisposición a que me gusten sus creaciones. Y, en esta ocasión, no me ha defraudado. ¿Si te recomiendo ver Django?No pienso recomendártela, allá tú si decides verla. Pero, si lo haces, déjate el estómago aparte y abre la mente. Seguro que la disfrutas.

Y, para rematar este largo y caluroso fin de semana inesperadamente cinematográfico, ¿qué tal si nos perdemos un rato por el centro de esta maraña de calles repletas de vehículos y gentes que, en su caos rigurosamente ordenado, deambulan de acá para allá mientras les contemplamos desde los cristales de una cafetería, disfrutando de un refresco y haciéndonos fotos para mostrarles a amigos y familiares que no estamos mal, que a veces las cosas no salen todo lo bien que uno espera, que la providencia no siempre está de nuestra parte, pero siempre se puede enderezar, en cierto modo, lo torcido, poniendo un poco de empeño y esforzándonos. Porque, ¿qué sería de nuestros logros sin ese esfuerzo que nos hace merecedores de ellos?