15 de mayo de 2013

UN DÍA (FESTIVO) CUALQUIERA...

Gracias a Isidro de Merlo y Quintana, también conocido como Isidro, El labrador (poco mordedor), hoy hemos tenido el día libre. ¿Qué me supone eso? Para empezar, acostarme anoche algo más tarde, coartada perfecta para volver a ver, esta vez en compañía de mi peque, El reino prohibido (Jackie Chan & Jet Li).

Si te gustan las películas de artes marciales y el humor de Jackie Chan, no te la pierdas.

También me ha supuesto cierto margen a la hora de levantarme de la cama, dándome tregua hasta pasadas las diez. Mientras mi niña se encerraba a estudiar en el cuarto pequeño, desde el que ahora escribo, un servidor se daba una ducha, se enfundaba con un pantalón de deporte y una camiseta, se calzaba convenientemente y se metía en la cocina a preparar unas tostadas de pan de chapata con mantequilla, unos huevos revueltos y un café. El ritual es bien sencillo, pero igualmente efectivo: Te sientas delante de la tele, te lo zampas todo antes de que se enfríe y disfrutas de unos vídeos musicales en la KissTv mientras decides qué película ver desde la bici. Si, lo confieso, doy pedales sin salir de casa. Y no será porque no tenga máquina para rodar por estos campos de Castilla, sino, más bien, por problemas logísticos. Así pues, Los violentos de Kelly en pantalla y dos horas (y unos pocos segundos más) sobre la bici, torturando mi próstata.

Lo admito, no había visto esta película... ¡hasta ahora!


Tras otro paso por la ducha vino la auténtica tortura: Fregar cacharros y recoger la cocina; eso si, con ayuda. Y no fue por gusto, que habían cacharros para aburrir. Pero es que, además, llevo francamente mal lo de ponerme a cocinar rodeado de ollas y platos sucios, así que viene siendo habitual, dentro de mi ritual de cocinillas aficionado, el limpiar antes de ensuciar. Y ensucié poco, lo justo para preparar un arroz con jibia que (no tengo abuela) me salió rico, rico. Al menos la sartén ha quedado más limpia de granos que un anuncio de Clearasil. Me habría gustado hacerle una foto, pero nos pudo el hambre y duró bien poco.

En la sobremesa han habido risas y más risas. Son esos momentos los que te dan la vida, los que te hacen ver que las cosas no van tan mal y que el dinero no lo es todo, a pesar del IVTM, la ITV, el seguro de la moto, las ruedas, el escape del Meganito, los discos de freno, la interminable lista de ñapas que me quedan por hacerle a nuestros medios de transporte, para que nos aguanten muchos años más... Lo realmente importante es la compañía y las ganas de tirar para adelante. Lo demás... bueno, ya sabes como está el patio. Si sabes hacer encajes de bolillos, mejor que mejor.

Espero que el día no acabe a las ocho de la tarde y aún nos depare algún otro momento de diversión. Feliz día de... ¿San Isidoro? :-P