6 de diciembre de 2012

PINGÜINO FRUSTRADO

Mucho me falta para ser un Pingüino.

Quería subir a la sierra a echar fotos. Sólo hice ésta.

Esta mañana he salido a rodar un rato con mi roja. ¡Mala idea!
No me he parado a pensar que hoy, 6 de diciembre, día de la Constitución Española, infinidad de familias desocupadas no tienen nada mejor que hacer que subir a la sierra a ver la nieve con los peques...
Una hora de atascos, aún para las motos, hasta que logré llegar al Puerto de Navacerrada. Y, nada más llegar, bajando por una carretera de servicio muy bacheada y con algún que otro montón de nieve pisada, a penas toco el freno delantero y noto como empieza a deslizarse la rueda hacia la derecha. Lo he tenido claro desde el principio: - Me voy al suelo. -

Lo fantástico de ir equipado hasta arriba es que te caes y no notas el golpe. Bueno, el de la pierna atrapada por la moto si. Pero lo que más duele es el orgullo, embarrado, mojado y frío. Porque ha sido una caída de novato, de las que te cuentan y te partes de la risa... ¡Si hasta yo me río! (porque no ha pasado nada).

Como verás, casi no se nota que ha estado en el suelo...

La escapada en moto tenía tres fines:

- Me apetecía dar una vuelta por la sierra.
- Quería saber si con esa equipación (pijama térmico, cordura, dobles guantes y braga polar) se soporta bien el frío durante horas, de cara a una posible participación en Pingüinos 2013.
- Quería hacerle una visita sorpresa a un amigo que trabaja en la estación de esquí...

Las conclusiones:
- La vuelta en moto me la di, eso es algo que nadie podrá poner en duda.
- La indumentaria era la adecuada para la ocasión, si bien hube de recurrir al truco que me brindó un veterano motero: Guantes de plástico, de gasolinera, entre los guantes térmicos y los de conducir, para que no se escape todo el calor. Por lo demás, aguanté perfectamente el frío, incluso revolcándome por la nieve.
- Mi amigo Antonio se incorpora al trabajo dentro de unos días... con lo que llegué todo sucio y contrariado, descubrí que no estaba, limpié lo que pude de mis ropas, recompuse la moto como buenamente pude y regresé a casa, previo reconfortante café para recuperar el ánimo.

¿Cuál es el balance del incidente? Pues ni más ni menos que un piloto-intermitente delantero partido, el faro apuntando a la luna (solucionado), diversos arañazos en el bastidor del radiador, en un contrapeso del manillar y en la tapa del cárter alternador, el apoyo de la pata de estacionamiento desplazada y la varilla empujadora del pedal de cambio doblada, pero útil. Además, había barro para aburrir, pero eso lo he solucionado nada más regresar a casa. Ver la moto sucia me resulta triste.

¿Si se me han quitado las ganas de moto? Me temo que no. A pesar de que José Luís me ha sugerido que venda la burra y me compre un móvil nuevo, esta tarde he ido al super en moto (mini compras) y mañana también iré en moto al trabajo. Cuanto menos tarde en volver a la carretera, mejor... eso dicen.

Y la gran duda: ¿Iremos a Pingüinos 2013? Mmm...