21 de mayo de 2012

PASADOS POR AGUA


Si las tecnologías se me revelan o no, ya no me preocupa. Sé que sí. Lo que hoy me preocupa es que la climatología me dé, sistemáticamente, la espalda. Aunque, teniendo en cuenta que he salido de ruta motera con Los Boinas, he de sentirme afortunado de que no nos haya nevado o, aún peor, granizado y caído un rayo.
De cualquier modo, hoy me siento feliz porque he podido salir a rodar un rato con mi roja, cosa que no sucedía desde hace algo más de un mes. Y no ha resultado fácil. Si hace dos días me quedaba sin coche por una, aún, extraña avería, hoy la borrica se ha negado a arrancar en un par de ocasiones, teniendo que tirar de tracción animal para forzar la puesta en marcha de su irrompible motor japonés fabricado vete a saber dónde... Todo indica, razonablemente, que se trata de un problema con la carga de la batería, aunque sigo pensando que la tecnología se pone en mi contra una vez más. Por contra, el resto del conjunto mecánico se ha portado excepcionalmente bien, a pesar de los tropocientos kilómetros recorridos bajo la incesante, intermitente e incordiante fría lluvia de mayo, por campos de Cobeña, Algete, Fuelte el Saz de Jarama, Valdetorres de Jarama, Talamanca de Jarama, Torremocha de Jarama, Uceda (sin Jarama, joder!) o Alarpardo.

Si al comienzo parecía que se quedaba pequeña la plaza de Cobeña... la lluvia se encargó de que sobrara aparcamiento.
Salimos cinco. Llegamos tres (más uno que llegó tarde y se marchó pronto), pero nos basta para resarcirnos de los días que no hemos podido rodar. Al menos a mi me vale para desquitarme del tri-cancelado viaje a Málaga. Ya me vale.

Lluvia, truenos y relámpagos no podrán con nuestras ganas de pasarlo bien.