19 de enero de 2012

ATERRADORA MINIATURA

A mucha gente les da pánico irracional estos simpáticos artrópodos del orden Araneae, lo que se conoce como aracnofobia. Pocos nos paramos a mirarlas en detalle y deleitarnos con los más nimios detalles que las conforman. De pequeño pasaba horas contemplándolas, pero nunca me dio por estudiarlas...
Este ejemplar de traslúcidas extremidades, fotografiado esta misma mañana en mi oficina, a penas llega a medir dos milímetros (sí, has leído bien: 2mm), y redecora los ángulos de las paredes con minúsculos nidos e incansable labor. A lo largo del año proliferan por decenas, pese a la continua tarea del personal de limpieza, en cada rincón de mi cálido cubículo climatizado. Nunca me han molestado. Si acaso he sorprendido a alguna haciendo rápel desde el marco de la pantalla del ordenador, la he apartado amablemente y he continuado con mis quehaceres. ¿Quién soy para oponer resistencia a la naturaleza?


La publicación de hoy no pretende ser un reclamo ecologista ni nada que se le parezca. En realidad quería alabar el más que aparente macro que viene de serie en mi Canon Ixus 80 IS que casi destrozo hace un par de días. Después del percance (algo así como puenting sin cuerda), nunca más volverá a encajar la cubierta de aluminio color champán que la envuelve, pero aún funciona con aparente normalidad, después de recolocar el dial que acciona el zoom...

La macro-fotografía es una de las grandes olvidadas entre las técnicas retratísticas al alcance de cualquier aficionado. La mayoría de la gente desconoce ésta y otras prestaciones de sus compactas (no digamos  de las hermanas mayores, las D-SLR y otros caros juguetes), lo que no deja de resultarme una lástima. Y me duele porque hace años, cuando aprendía a calcular equivalencias entre diafragmas y velocidades con una vetusta Zenit, las pasaba canutas para conseguir una lente de aproximación o un anillo de extensión para tratar de averiguar qué era aquello del macro, cosa que hoy carece de misterio y exclusividad. Y, sin embargo, ¿cuántas veces lo has usado?

La próxima vez que tengas delante tuyo algo pequeño y de belleza prometedora, aunque diminuta, busca ese tulipán minúsculo en tu compacta y acércate, sin miedo, a descubrir un maravilloso mundo más allá de la hipermetropía.


(El tulipán es es icono adoptado por la mayoría de fabricantes de cámaras fotográficas compactas para indicar el modo de fotografía de aproximación, lo más parecido a un macro).