¡Quince mil visitas! Para mi es todo un logro. Un blog que no vende nada, que no ofrece nada concreto, que no cumple regularmente con sus publicaciones, que no tiene un público concreto al que contentar (tú, que siempre estás ahí, a tí si), que discurre entre infinidad de temáticas sin encontrar un norte hacia el que navegar...
Se me ocurren demasiados motivos por los que este espacio debería haber desaparecido de la red, y, sin embargo, ahí sigue.
Quince mil visitas... que se dice pronto. Y que, seguramente, no será una cifra más fiable que las que dan los políticos después de una manifestación; pero una cifra estimativa es mejor que nada. Para eso están los contadores de visita: Para conocer el impacto mediático de una web, su presencia en los buscadores (porque hay más de uno) y, cómo no, para dar ánimos a las personas que se encuentran al otro lado, picando tecla y arreglando imágenes para compartir contigo trocitos de sus vidas y, a veces, de las vidas de otros.
Quice mil visitas que me sacan los colores cada vez que lo pienso. Porque no me considero tan interesante como para que la gente me lea, pero una parte de mi desea serlo; porque no me considero tan buen fotógrafo como me gustaría, pero alguna foto se salva de la quema y sale a la luz; porque no me considero tan gracioso como algunos piensan, pero no me negarás que alguna vez te reíste con mis ocurrencias; porque no me considero tan ducho en tantas materias que he tratado de abarcar, pero me defiendo como gato panza arriba y pongo ganas en aprender cada día un poquito más...
Quince mil perdones por seguir haciendo las cosas tan mal y divertirme con ello. Seguiré haciéndolo hasta que las ganas me abandonen o las circunstancias me lo impidan.
¡ GRACIAS POR LEERME !
¡ 15.000 GRACIAS !
