4 de agosto de 2011

LIMIENTA Y PIMÓN

Llevo días buscando una excusa para ponerme manos a la obra, para retomar las labores columnísticas y el contacto con mi puñadito de lectores que ya ni me echan de menos, pero no hallaba ganas ni inspiración para plantarme ante las teclas y soltar los dedos con algo de gracia.
Anoche, tras un breve debate doméstico acerca de la cena, surgió la frase que da título a esta reentrada, pero el navegador web de mi portátil me jugó una mala pasada y no pude ni intentar editar unas míseras líneas para desearos unas felices vacaciones. Para mi sorpresa, han habilitado de nuevo el acceso a blogspot desde el trabajo. ¡Y aquí estoy!

¿La frase? Encontrábase mi niña ante dos filetes de atún, recién descongelados por arte de Lorenzo y las tórridas calores estivales, y me cuestionaba acerca de cómo ponerlos al punto sobre un plato, si a la plancha o torturados. De todos va siendo conocida mi tendencia disléxica y mis cruces de palabras, pero éste que os escribe no deja de sorprenderse a sí mismo con nuevos vocablos, en ocasiones impronunciables. En esta ocasión lo sencillo se tornó complejo y divertido: Ponlos a la plancha, con muy poco aceite y un punto de sal. Y si no están sabrosos siempre podemos ponerles un poco de limienta y pimón... y cinco minutos de carcajadas, dolor de tripa incluído, jejeje...

Han trascurrido cinco meses desde los felinos y manzanas. Ya va siendo hora de que nos desliemos un tanto con el piso, las mudanzas, los estudios, la búsqueda de empleo, los médicos, los bancos y la innumerable lista de chorradas que surgen cuando decides montar un hogar, dulce hogar... y retome mis tareas editoriales que tanto me divierten. Espero que te eches unas risas a mi costa y disfrutes de unas felices vacaciones, que te las mereces (no digas que no!).