26 de noviembre de 2011

OTRO ATAQUE DE NOSTALGIA

No dejo de sorprenderme: He desempolvado la Minolta X-700 de paso universal (sí, película química) y, después de disparar por vez primera en mucho tiempo su cortinilla obturadora, me he descubierto buscando el histograma en la pantalla posterior... Absurdo, pero cierto como que estoy escribiendo ésto.

Ayer mismo fuí a pedir a Jorge un botecito de película fotográfica, de aquellos que usábamos para guardar monedas, tornillos y toda suerte de cachivaches de escasas dimensiones, para transportar un poco de grasa y poder poner al día la maltrecha cadena de mi Alita, y me propinó un paquete de diez rollos de NEW Fujicolor Superia, caducados en 2001. Trataré de dar buen uso a este regalo, además de limpiar y engrasar el kit de arrastre de mi montura (solucionado).


Benditos caos filmográfico :P 

Hace tiempo que se corvirtió en todo un acontecimiento tropezarse con alguien que aún retratara con cámaras tradicionales y película química; mucho más tropezarse con formatos extraños para el mayoritario vulgo. Y, sin embargo, la mayoría de nosotros conservamos en casa alguna cámara compacta, o algo más voluminosa, con la que habremos quemado cientos de carretes. Y seguro que tienes por ahí perdida guardada una caja de zapatos repleta de fotos de vacaciones y eventos varios, acompañadas de sus correspondientes negativos, en sobres de algún QSS o los clásico amarillos de Kodak. Incluso algunos consevamos material original de Valca o, en mi caso, abundantes vestigios de Ilpford. Supongo que, para muchos, estas marcas suenan a chino mandarín, pero hasta hace veintipocos años estaban en boca de cualquier aficionado a la fotografía, lo mismo que términos como ISO, forzado, ahorquillado (bracketing), TTL, número guía... Ahora la ISO es ficticia, el forzado se hace en PhotoShop, el ahorquillado se engloba en las técnicas de HDR, el TTL es un estandar, el número guía de un flash importa un bledo...


¿Hace un Tetris?

En pleno ataque de nostalgia te escribo ésto sólo por desahogarme, porque he sacado la Minolta de su funda de trabajo, le he puesto pilas (electromecánica) y hago el firme propósito de juguetear con estas películas caducadas, tan amablemente donadas por mi compañero de curro, dando buena cuenta de ellas y de los no pocos €uros que me costarán los correspondientes revelados.

Ya te contaré qué surge de todo ésto. Será interesante comparar lo que sale de la química digitalizada y de la Canon 20D, en igualdad de condiciones. ¿Te atreves tú a probar?

Hasta la vista, fotero!

15 de noviembre de 2011

LA LEY DEL OESTE

Cada vez te encuentras esta escena con más frecuencia:
Entran dos en una cafetería (como en los chistes), se acercan a la barra a pedir y, sin mediar palabra, desenfundan. O van dos por la calle y... duelo al sol. O te tropiezas con alguien en la cola del super y... zas! Interpones tu arma, disuadiéndole por completo de darte, siquiera, los buenos días.
¡Descuelga, forastero!

El celular se ha convertido en un arma de doble filo que, además de mantenerte comunicado y localizado en todo momento, te permite crearte una defensa con respecto a la sociedad. Es curioso, justo lo contrario para lo que el amigo Bell ingenió el artilugio de comunicación sonora a distancia. Y es que, hoy en día, el terminal móvil, que día y noche nos irradia, viene cargado de herramientas diseñadas, en gran medida, para desconectarnos del resto del mundo: Juegos, internet, mensajería instantánea... todo para ser usado en solitario, hasta tal punto que, estando en lugares públicos y rodeados de conocidos, nos quedamos completamente solos ante el terminal, interrumpiendo conversaciones, enfriando relaciones... con el pobre pretexto de mantener el contacto con alguien a quien tenemos mucho más lejos.

Un par de cuestiones a tener en cuenta:

- Escala de valores: ¿Acaso merece más atención el amigo que se encuentra en Riogordo (p.e.) que el que está sentado delante nuestro tomando café solo?

- Normas de educación (o ciudadanía, como dicen ahora): Prestar atención a la persona con la que nos encontramos, salvo causas de fuerza mayor.
 
Personalmente no me apetece soportar a alguien que, habiendo quedado conmigo (para lo que sea), preste más atención al móvil de penúltima generación que a un servidor, interrumpiendo incesantemente la conversación para teclear el enésimo mensaje. En esos casos, educadamente, le invito a continuar con sus quehaceres prescindiendo de mi presencia, que tal vez me apetezca comunicarme con alguna otra persona menos pluricomunicada. Llámame egoísta, pero cuando hablo con alguien me gusta captar y prestar atención absoluta. Y como soy taaan disperso, en ocasiones prescindo hasta de la TV, o bajo el volumen de la música, para sumergirme de pleno en la disertación de mi interlocutor. Tal vez por éso espero que él (o ella, no sea que me miren mal) prescinda por un rato de su polivalente aparato.
 
Hace un par de días, en una cafetería de afamada firma y discutible prestigio, dos mujeres jóvenes, ataviadas a la moda (qué poco me gustan estas modas pijas) lograban conquistar una mesa y acomodar sus embutidos culos tope fashion en los modestos asientos. Tan pronto se acomodaron se hizo el silencio y, con ello, el nerviosismo y la impaciencia, patentando la incapacidad de mantenerse en silencio antes que pronunciar una necedad. Una de ellas se apresuró a decir: - ¿Sabes? He cambiado de móvil. - Y, acto seguido, buscó asiento junto a su amiga y empezaron a mirar modelitos varios en su terminal de internet, recién arrancado de un i-manzano, mientras profería alabanzas acerca de la fabulosa tarifa de datos y la gratuidad del aparato en cuestión (presa de un chantaje de tropocientos meses, consumos mínimos incluídos).

Las manzanas son vulgares. Si no, pregúntale a París.

Nadie es mejor que nadie. Ésta es una máxima que trato de mantener presente en mi cráneo de raspa de boquerón, día tras día. Pero, en determinadas situaciones, llego a lamentar la mísera existencia de ciertas criaturas, imbuídas en la tecnocracia consumista que les priva de la toma de decisiones y les exime de responsabilidades, por la tremenda falta de originalidad en el curso de sus vidas. Se limitan a hacer lo que otros les dictan, compitiendo entre ellas (criaturas) por ver quién sigue más fielmente la moda. Y, me da la impresión, cada día que pasa son más. Una lástima.
Otros, la mayoría de los currantes, ambicionan tener a su alcance un poco de tecnología que les haga sentirse vagamente integrados en esta frenética cultura del trending topic, sin llegar a atarse de por vida, que no todos pueden sumergirse en el mar consumista en tiempos de crisis.
Por lo que a mi respecta, sigo anclado en el pasado reciente, con mis terminales que, a malas penas, me guardan una imagen y poco más. Todo sea que un día de estos me pueda la iLust y termine por engancharme a las manzanitas o a los androides verdes, adicto a los pájaros cabreados y transmitiendo mi vida en directo por el chirriante pajarillo azul o por las marañas sociales. Todo puede ser.

Por ahora, ésto y poco más es lo que hay. Llámame nostálgico...

Un apunte: Continuamente se baten records de ventas de terminales de telefonía móvil de última generación, bien por venta directa o por promociones de las telecos. Y éso que estamos inmersos en la peor crisis de la historia...

¡¡¡¿¿¿Estás seguro de éso???!!!

12 de noviembre de 2011

EL BRICONSEJO DEL DÍA...

Antes de nada, dale al play, relájate y disfruta:


Y ahora te cuento:

Después de recuperarme de la lumbociática, superar el curso de reciclaje de mercancías peligrosas y sobrevivir a una semana de convivencia con un felino salvaje e hiperactivo (por las noches, que los días se los pasa como los lirones), toca ahora acometer otras tareas no menos arriesgadas, léase: Cambiar el grifo de la cocina...

¿Te has fijado? El grifo se llama LENA!!! No es coña, ha sido casualidad!

...y acometer la "sutil" reforma (sutil pero necesaria) del suelo del dormitorio:

¿No querías una foto de la casa? Aquí tienes un trozo ;)

Una inesperada inundación arruinó el parquet de la habitación, con lo que nos veremos, de nuevo, inmersos en reformas. La causa: Un tornillo de purga del radiador mal apretado y una comunidad de vecinos que no se terminan de poner de acuerdo en cuándo cargar el circuíto de calefacción centralizada. Y claro, en lugar de por la mañana (que estábamos atentos), cargan por la tarde (que no estábamos atentos), con la consecuente inundación del dormitorio y empacho de agua de las malogradas tablillas. Menos mal que hay seguros!

Lo del grifo quiero creerme que ha sido causado por años de uso. No podíamos habrir más que el agua fría para fregar cacharros, so pena de encharcar la encimera y salir en barca de la cocina. Y ha sido tan fácil como visitar el bricocomercio de turno, gastarse los cuartos en un grifo nuevo y buscarse la vida con las escasas herramientas de que disponemos, e instalar el nuevo dispositivo regulador de flujo y temperatura, o termocaudalímetro manual monomando... coño, lo dicho, un grifo! ...instalándolo como buenamente hemos podido, que no ha estado del todo mal (Gracias, peque, por tu impagable ayuda y aporte de ánimos).

Sólo nos falta que el seguro se ponga en marcha y que podamos disfrutar, lo antes posible, de nuestro preciado suelo liso de madera. Y que no sucedan más percances, por lo menos, en un par de años. Tú verás, cuando empecemos a hacer agujeros en los azulejos del aseo...

Que tengas un feliz fin de semana, amigo bricomaníaco ;-)

6 de noviembre de 2011

IL PIÙ GRANDE SPETTACOLO


Ho preso la chitarra senza saper suonare,
è bello vivere anche se si sta male,
volevo dirtelo perchè ce l'ho nel cuore,
son sicurissimo... amore!

Il più grande spettacolo dopo il big bang
siamo noi... io e te!

Hoy, viendo la retransmisión de MotoGP, me he quedado un rato embelesado con las alegres imágenes recopiladas del pasado motociclístico de Marco Sic, aderezadas con la canción de Jovanotti: Il piú grande spettacolo dopo il Big Bang.


A veces una tontería como ésta te alegra el día. Pasará a formar parte de mi lista de canciones del buen rollo (un día de estos te la cuento). Y es que lo más grande, después del Big Bang, somos nosotros, aunque no te o quieras creer. No lo dudes nunca. Y feliz fin de semana.

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Con esta publicación comienzo a darle uso al widget de GrooveShark para compartir música. Espero que a mis queridos lectores (Tú! Sí, tú!) os guste la idea.

2 de noviembre de 2011

RECETAS QUE REVIVEN A LOS MUERTOS

Ésto revive a un difunto! O casi...

Para el día de mis muertos (y de los tuyos) me metí en la cocina y sacrifiqué unos pollos que, lamentablemente, ya se encontraban cadavéricos. Los metí en una cacerola, acomodándolos sobre un lecho de cebollas en rodajas y generosos trozos de ajo, salpimentándolos y especiándolos con abundante canela y unos clavos arrancados de donde más tétrico te resulte. Como colofón, derramé unos chorros de blanco barato, de cartón, sobre sus pechugas y troceé unas naranjas, para endulzarles tan amargo final. Para mi sorpresa no se quejaron, ni cuando les torturé a cuchillo ni cuando les hice pasar térmicas penurias durante unos insufribles cuarenta minutos a fuego lento; olla tapada, no sea que les dé por revolotear en el último instante...


E voilá! Pollo al purgatorio con arroz de salvación.

Lo de añadirle arroz blanco avinagrado fue una idea genial, aunque no del todo afinada. Parece que el toque ácido no fué suficiente y el contraste con la salsa dulzona era mínimo, pero el pollo estaba (y aún está, en el taper de la primera balda del frigo) para chuparse los dedos, los propios y los del resto de comensales a la mesa. Por suerte para moi, compartimos guiso sólo dos ;-)

Lo de ponerle nombre a un plato le confiere un toque de distinción, a la vez que despierta la curiosidad de los convidados. No me negarás que resulta cien veces más atractivo lo del Pollo al purgatorio que Guiso de pechugas con especias y vino acompañadas de arroz... ¡Dónde vamos a parar!

Creedme cuando os digo que ver a todas esas aves, desplumadas, retozando en aquella salsa rojiza en ebullición, en el fondo de la cacerola, resultó ser un espectáculo verdaderamente dantesco.

(Parafraseando a los periodacas de la Antena del tres).