20 de agosto de 2011

MAMIFEROS APASIONANTES

El título podría haber sido UN NARVAL EN MI PC, UN DELFÍN EN MI CORAZÓN Y UN MANATÍ EN MI RETINA, pero era excesivamente extenso como para acoplarlo en una sola línea.

Un narval en mi portátil, porque he actualizado el sistema operativo a Ubuntu 11.04 Natty Narwhal (Narval Elegante), con el consiguiente quebradero de cabeza y problemas varios que preferiría obviar, pero con los que hay que lidiar una y otra vez.



Un delfín en mi corazón, porque es el animal que me acompaña desde mi infancia, al que envidio infinitamente por vivir como vive y porque puede perderse en las profundidades a su antojo, dejando atrás los mundanos problemas del resto de los mamíferos.



Un manatí en mi retina, porque hace justo una semana que pasamos el día en Faunia, en las afueras de Madrid, contemplando fauna en cautividad. Creo que mi expresión fue -¡No me jodas! ¡Un manatí!- Y no era uno, sino tres. Quedé embelesado durante largo rato, sin decir nada más, sólo contemplando cómo iba y venía en aquella limitada porción del Amazonas artificial un especimen de imponentes dimensiones, una hermosa sirena de río que me incitaba a zambullirme y perderme en las profundidades... Unos minutos después, tras descender por aquella galería en espiral, descubrí que la pecera podía, también, ser contemplada desde abajo. Fué entonces cuando me sentí inmerso, contemplando a tan maravillosas criaturas. No son los animales que más admiro, lo sé, pero me cautivan. Podría pasarme el día observándolos, fotografiándolos, admirándolos... pero no en cautividad. Llegaron a darme lástima y casi prefiero pensar que no están allí, un día tras otro, en su limitada porción de Amazonas acristalado. Tal vez no conozcan otra cosa y sean felices. Vago consuelo.



Próximamente (por decir algo) pondré alguna que otra foto del día en Faunia. Si estás pensando en llevar a tus niños a tan peculiar lugar, piénsatelo dos veces. Y si decides ir, haz acopio de bebidas frías y bocadillos, que te sacarán los ojos por una botellita de agua. ¡Créeme!

Que tengas un buen fin de semana.

4 de agosto de 2011

LIMIENTA Y PIMÓN

Llevo días buscando una excusa para ponerme manos a la obra, para retomar las labores columnísticas y el contacto con mi puñadito de lectores que ya ni me echan de menos, pero no hallaba ganas ni inspiración para plantarme ante las teclas y soltar los dedos con algo de gracia.
Anoche, tras un breve debate doméstico acerca de la cena, surgió la frase que da título a esta reentrada, pero el navegador web de mi portátil me jugó una mala pasada y no pude ni intentar editar unas míseras líneas para desearos unas felices vacaciones. Para mi sorpresa, han habilitado de nuevo el acceso a blogspot desde el trabajo. ¡Y aquí estoy!

¿La frase? Encontrábase mi niña ante dos filetes de atún, recién descongelados por arte de Lorenzo y las tórridas calores estivales, y me cuestionaba acerca de cómo ponerlos al punto sobre un plato, si a la plancha o torturados. De todos va siendo conocida mi tendencia disléxica y mis cruces de palabras, pero éste que os escribe no deja de sorprenderse a sí mismo con nuevos vocablos, en ocasiones impronunciables. En esta ocasión lo sencillo se tornó complejo y divertido: Ponlos a la plancha, con muy poco aceite y un punto de sal. Y si no están sabrosos siempre podemos ponerles un poco de limienta y pimón... y cinco minutos de carcajadas, dolor de tripa incluído, jejeje...

Han trascurrido cinco meses desde los felinos y manzanas. Ya va siendo hora de que nos desliemos un tanto con el piso, las mudanzas, los estudios, la búsqueda de empleo, los médicos, los bancos y la innumerable lista de chorradas que surgen cuando decides montar un hogar, dulce hogar... y retome mis tareas editoriales que tanto me divierten. Espero que te eches unas risas a mi costa y disfrutes de unas felices vacaciones, que te las mereces (no digas que no!).