26 de noviembre de 2011

OTRO ATAQUE DE NOSTALGIA

No dejo de sorprenderme: He desempolvado la Minolta X-700 de paso universal (sí, película química) y, después de disparar por vez primera en mucho tiempo su cortinilla obturadora, me he descubierto buscando el histograma en la pantalla posterior... Absurdo, pero cierto como que estoy escribiendo ésto.

Ayer mismo fuí a pedir a Jorge un botecito de película fotográfica, de aquellos que usábamos para guardar monedas, tornillos y toda suerte de cachivaches de escasas dimensiones, para transportar un poco de grasa y poder poner al día la maltrecha cadena de mi Alita, y me propinó un paquete de diez rollos de NEW Fujicolor Superia, caducados en 2001. Trataré de dar buen uso a este regalo, además de limpiar y engrasar el kit de arrastre de mi montura (solucionado).


Benditos caos filmográfico :P 

Hace tiempo que se corvirtió en todo un acontecimiento tropezarse con alguien que aún retratara con cámaras tradicionales y película química; mucho más tropezarse con formatos extraños para el mayoritario vulgo. Y, sin embargo, la mayoría de nosotros conservamos en casa alguna cámara compacta, o algo más voluminosa, con la que habremos quemado cientos de carretes. Y seguro que tienes por ahí perdida guardada una caja de zapatos repleta de fotos de vacaciones y eventos varios, acompañadas de sus correspondientes negativos, en sobres de algún QSS o los clásico amarillos de Kodak. Incluso algunos consevamos material original de Valca o, en mi caso, abundantes vestigios de Ilpford. Supongo que, para muchos, estas marcas suenan a chino mandarín, pero hasta hace veintipocos años estaban en boca de cualquier aficionado a la fotografía, lo mismo que términos como ISO, forzado, ahorquillado (bracketing), TTL, número guía... Ahora la ISO es ficticia, el forzado se hace en PhotoShop, el ahorquillado se engloba en las técnicas de HDR, el TTL es un estandar, el número guía de un flash importa un bledo...


¿Hace un Tetris?

En pleno ataque de nostalgia te escribo ésto sólo por desahogarme, porque he sacado la Minolta de su funda de trabajo, le he puesto pilas (electromecánica) y hago el firme propósito de juguetear con estas películas caducadas, tan amablemente donadas por mi compañero de curro, dando buena cuenta de ellas y de los no pocos €uros que me costarán los correspondientes revelados.

Ya te contaré qué surge de todo ésto. Será interesante comparar lo que sale de la química digitalizada y de la Canon 20D, en igualdad de condiciones. ¿Te atreves tú a probar?

Hasta la vista, fotero!

15 de noviembre de 2011

LA LEY DEL OESTE

Cada vez te encuentras esta escena con más frecuencia:
Entran dos en una cafetería (como en los chistes), se acercan a la barra a pedir y, sin mediar palabra, desenfundan. O van dos por la calle y... duelo al sol. O te tropiezas con alguien en la cola del super y... zas! Interpones tu arma, disuadiéndole por completo de darte, siquiera, los buenos días.
¡Descuelga, forastero!

El celular se ha convertido en un arma de doble filo que, además de mantenerte comunicado y localizado en todo momento, te permite crearte una defensa con respecto a la sociedad. Es curioso, justo lo contrario para lo que el amigo Bell ingenió el artilugio de comunicación sonora a distancia. Y es que, hoy en día, el terminal móvil, que día y noche nos irradia, viene cargado de herramientas diseñadas, en gran medida, para desconectarnos del resto del mundo: Juegos, internet, mensajería instantánea... todo para ser usado en solitario, hasta tal punto que, estando en lugares públicos y rodeados de conocidos, nos quedamos completamente solos ante el terminal, interrumpiendo conversaciones, enfriando relaciones... con el pobre pretexto de mantener el contacto con alguien a quien tenemos mucho más lejos.

Un par de cuestiones a tener en cuenta:

- Escala de valores: ¿Acaso merece más atención el amigo que se encuentra en Riogordo (p.e.) que el que está sentado delante nuestro tomando café solo?

- Normas de educación (o ciudadanía, como dicen ahora): Prestar atención a la persona con la que nos encontramos, salvo causas de fuerza mayor.
 
Personalmente no me apetece soportar a alguien que, habiendo quedado conmigo (para lo que sea), preste más atención al móvil de penúltima generación que a un servidor, interrumpiendo incesantemente la conversación para teclear el enésimo mensaje. En esos casos, educadamente, le invito a continuar con sus quehaceres prescindiendo de mi presencia, que tal vez me apetezca comunicarme con alguna otra persona menos pluricomunicada. Llámame egoísta, pero cuando hablo con alguien me gusta captar y prestar atención absoluta. Y como soy taaan disperso, en ocasiones prescindo hasta de la TV, o bajo el volumen de la música, para sumergirme de pleno en la disertación de mi interlocutor. Tal vez por éso espero que él (o ella, no sea que me miren mal) prescinda por un rato de su polivalente aparato.
 
Hace un par de días, en una cafetería de afamada firma y discutible prestigio, dos mujeres jóvenes, ataviadas a la moda (qué poco me gustan estas modas pijas) lograban conquistar una mesa y acomodar sus embutidos culos tope fashion en los modestos asientos. Tan pronto se acomodaron se hizo el silencio y, con ello, el nerviosismo y la impaciencia, patentando la incapacidad de mantenerse en silencio antes que pronunciar una necedad. Una de ellas se apresuró a decir: - ¿Sabes? He cambiado de móvil. - Y, acto seguido, buscó asiento junto a su amiga y empezaron a mirar modelitos varios en su terminal de internet, recién arrancado de un i-manzano, mientras profería alabanzas acerca de la fabulosa tarifa de datos y la gratuidad del aparato en cuestión (presa de un chantaje de tropocientos meses, consumos mínimos incluídos).

Las manzanas son vulgares. Si no, pregúntale a París.

Nadie es mejor que nadie. Ésta es una máxima que trato de mantener presente en mi cráneo de raspa de boquerón, día tras día. Pero, en determinadas situaciones, llego a lamentar la mísera existencia de ciertas criaturas, imbuídas en la tecnocracia consumista que les priva de la toma de decisiones y les exime de responsabilidades, por la tremenda falta de originalidad en el curso de sus vidas. Se limitan a hacer lo que otros les dictan, compitiendo entre ellas (criaturas) por ver quién sigue más fielmente la moda. Y, me da la impresión, cada día que pasa son más. Una lástima.
Otros, la mayoría de los currantes, ambicionan tener a su alcance un poco de tecnología que les haga sentirse vagamente integrados en esta frenética cultura del trending topic, sin llegar a atarse de por vida, que no todos pueden sumergirse en el mar consumista en tiempos de crisis.
Por lo que a mi respecta, sigo anclado en el pasado reciente, con mis terminales que, a malas penas, me guardan una imagen y poco más. Todo sea que un día de estos me pueda la iLust y termine por engancharme a las manzanitas o a los androides verdes, adicto a los pájaros cabreados y transmitiendo mi vida en directo por el chirriante pajarillo azul o por las marañas sociales. Todo puede ser.

Por ahora, ésto y poco más es lo que hay. Llámame nostálgico...

Un apunte: Continuamente se baten records de ventas de terminales de telefonía móvil de última generación, bien por venta directa o por promociones de las telecos. Y éso que estamos inmersos en la peor crisis de la historia...

¡¡¡¿¿¿Estás seguro de éso???!!!

12 de noviembre de 2011

EL BRICONSEJO DEL DÍA...

Antes de nada, dale al play, relájate y disfruta:


Y ahora te cuento:

Después de recuperarme de la lumbociática, superar el curso de reciclaje de mercancías peligrosas y sobrevivir a una semana de convivencia con un felino salvaje e hiperactivo (por las noches, que los días se los pasa como los lirones), toca ahora acometer otras tareas no menos arriesgadas, léase: Cambiar el grifo de la cocina...

¿Te has fijado? El grifo se llama LENA!!! No es coña, ha sido casualidad!

...y acometer la "sutil" reforma (sutil pero necesaria) del suelo del dormitorio:

¿No querías una foto de la casa? Aquí tienes un trozo ;)

Una inesperada inundación arruinó el parquet de la habitación, con lo que nos veremos, de nuevo, inmersos en reformas. La causa: Un tornillo de purga del radiador mal apretado y una comunidad de vecinos que no se terminan de poner de acuerdo en cuándo cargar el circuíto de calefacción centralizada. Y claro, en lugar de por la mañana (que estábamos atentos), cargan por la tarde (que no estábamos atentos), con la consecuente inundación del dormitorio y empacho de agua de las malogradas tablillas. Menos mal que hay seguros!

Lo del grifo quiero creerme que ha sido causado por años de uso. No podíamos habrir más que el agua fría para fregar cacharros, so pena de encharcar la encimera y salir en barca de la cocina. Y ha sido tan fácil como visitar el bricocomercio de turno, gastarse los cuartos en un grifo nuevo y buscarse la vida con las escasas herramientas de que disponemos, e instalar el nuevo dispositivo regulador de flujo y temperatura, o termocaudalímetro manual monomando... coño, lo dicho, un grifo! ...instalándolo como buenamente hemos podido, que no ha estado del todo mal (Gracias, peque, por tu impagable ayuda y aporte de ánimos).

Sólo nos falta que el seguro se ponga en marcha y que podamos disfrutar, lo antes posible, de nuestro preciado suelo liso de madera. Y que no sucedan más percances, por lo menos, en un par de años. Tú verás, cuando empecemos a hacer agujeros en los azulejos del aseo...

Que tengas un feliz fin de semana, amigo bricomaníaco ;-)

6 de noviembre de 2011

IL PIÙ GRANDE SPETTACOLO


Ho preso la chitarra senza saper suonare,
è bello vivere anche se si sta male,
volevo dirtelo perchè ce l'ho nel cuore,
son sicurissimo... amore!

Il più grande spettacolo dopo il big bang
siamo noi... io e te!

Hoy, viendo la retransmisión de MotoGP, me he quedado un rato embelesado con las alegres imágenes recopiladas del pasado motociclístico de Marco Sic, aderezadas con la canción de Jovanotti: Il piú grande spettacolo dopo il Big Bang.


A veces una tontería como ésta te alegra el día. Pasará a formar parte de mi lista de canciones del buen rollo (un día de estos te la cuento). Y es que lo más grande, después del Big Bang, somos nosotros, aunque no te o quieras creer. No lo dudes nunca. Y feliz fin de semana.

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Con esta publicación comienzo a darle uso al widget de GrooveShark para compartir música. Espero que a mis queridos lectores (Tú! Sí, tú!) os guste la idea.

2 de noviembre de 2011

RECETAS QUE REVIVEN A LOS MUERTOS

Ésto revive a un difunto! O casi...

Para el día de mis muertos (y de los tuyos) me metí en la cocina y sacrifiqué unos pollos que, lamentablemente, ya se encontraban cadavéricos. Los metí en una cacerola, acomodándolos sobre un lecho de cebollas en rodajas y generosos trozos de ajo, salpimentándolos y especiándolos con abundante canela y unos clavos arrancados de donde más tétrico te resulte. Como colofón, derramé unos chorros de blanco barato, de cartón, sobre sus pechugas y troceé unas naranjas, para endulzarles tan amargo final. Para mi sorpresa no se quejaron, ni cuando les torturé a cuchillo ni cuando les hice pasar térmicas penurias durante unos insufribles cuarenta minutos a fuego lento; olla tapada, no sea que les dé por revolotear en el último instante...


E voilá! Pollo al purgatorio con arroz de salvación.

Lo de añadirle arroz blanco avinagrado fue una idea genial, aunque no del todo afinada. Parece que el toque ácido no fué suficiente y el contraste con la salsa dulzona era mínimo, pero el pollo estaba (y aún está, en el taper de la primera balda del frigo) para chuparse los dedos, los propios y los del resto de comensales a la mesa. Por suerte para moi, compartimos guiso sólo dos ;-)

Lo de ponerle nombre a un plato le confiere un toque de distinción, a la vez que despierta la curiosidad de los convidados. No me negarás que resulta cien veces más atractivo lo del Pollo al purgatorio que Guiso de pechugas con especias y vino acompañadas de arroz... ¡Dónde vamos a parar!

Creedme cuando os digo que ver a todas esas aves, desplumadas, retozando en aquella salsa rojiza en ebullición, en el fondo de la cacerola, resultó ser un espectáculo verdaderamente dantesco.

(Parafraseando a los periodacas de la Antena del tres).

31 de octubre de 2011

LA VÍSPERA DE LOS DIFUNTOS

Bendita sea la máquina del infierno que nos hierve litro y medio de agua en escasos dos minutos. La de infusiones y cafés de bote que llevamos tomados en estos últimos días. Sopas del chino y otros preparados hidrofílicos, temblad!

Sí, compramos en Maracadona :P

Y es que estos días estamos retomando nuestras aficiones por las drogas duras, léase café e infusiones en cantidades ingentes. Y poco nos falta para volvernos adictos a las sopas, porque el frío llega y cuesta calentar nuestro nidito abuhardillado (hoy he aprendido que lleva 'h' intercalada). Y gracias a este engendro del diablo, que todo lo que toca lo derrite, no se nos van a enfriar las manos en lo que resta de frías estaciones. Ya me puedo imaginar entrando en casa, aún con los guantes y las chupas puestas, corriendo hacia la máquina apaciguatembleques, a por nuestro merecido calientatripas, después de una larga ruta invernal en moto por las sierras castellanas. Mmm... sólo de pensarlo se me calientan las zarpas.
Por cierto que el cacharro, lejos de parecer salido del averno, tiene un aspecto la mar de inofensivo... hasta que le oyes rugir!!!
Gracias por el genial regalo, hermanitas de la caridad :-P

WTF?

¿Y ésto? Dirás que hago fotos a lo primero que se me pone a tiro, pero ésta tiene intención y sentido. ¿Dirías que se trata de un anillo? ¿Afghano? ¿Comprado en Kabul? Si has respondido a todas las preguntas 'Si', enhorabuena; si no, no te preocupes. Yo también pensaría que es un alambre aplastado y retorcido si no hubiese tenidos que montarlo unas pocas veces. Porque se puede ensamblar y, doy fé, queda bien bonito. Pero como no espero que me creas sólo con palabras...

Ok, necesito un macro con más profundidad de campo...

Este tipo de anillos tiene su historia, que no voy a tratar de explicar ahora. Pero, por si te pica la curiosidad y quieres buscar por la red, te diré que no es genuino de Afghanistán y que tiene una finalidad presumiblemente machista y desconfiada. ¿Despierta tu lado maruja? Pues ala, a marujear por el guguel!
Y dirás (con razón) que estas cosas no se desarman solas... y empiezo a creer que sí. Lo de hoy ha sido por prescripción facultativa: Por favor, quítese todo el metal que lleve encima (¡como en el chiste!). Y así fue como el rompecabezas terminó por pasar la mañana metido en un sobre. Pero, por fortuna, las manos del que suscribe sirven para más que apretar el disparador de la cámara, apretar embrague y acelerador o preparar arroces en sartén (por falta de paella para vitro), así que... voilá! De nuevo ensamblado y luciendo en el dedo de mi niña.

En resumen, un día con alguna que otra anécdota para contar. Y aún no nos hemos ido de compras (mañana es festivo y tenemos la nevera tristemente amueblada), con las calles plagadas de niños gritando a los desconocidos ¡Truco o trato! Mmm... ¿Nos disfrazamos de esqueletos y hacemos un simpa en el super? Jua, jua, jua...

Feliz jalogüin a quienes los celebréis. Al resto, a los más castizos, feliz y emotiva noche de los difuntos.

25 de octubre de 2011

DÍAS RAROS



No sé cómo empezar.
He tenido, a lo largo de mi vida, temporadas fantásticas, memorables, dignas de recordar con fotos y vídeo; también las he tenido pésimas, deleznables, recuerdos que prefieres olvidar cuanto antes, de los que no quieres que quede ni el más mínimo atisbo. Y la vida te juega malas pasadas, perdiéndote entre sinapsis las primeras y  refrescándote las segundas cuando menos las echas en falta. Pero, en cualquiera de ambos casos, por lo general, las cosas buenas suceden de pocas en pocas y las malas vienen en tropel.

El martes de la semana pasada decidimos, mi peque y yo, asistir al concierto del grupo murciano Second en Los Teatros del Canal (Madrid). 'Fantástico', pensé. Hacía mucho que no les veía en directo y mi niña aún no tenía el gusto; excelente ocasión para reanudar nuestro vicio por la música en directo. Compramos las entradas por internet, primera fila, y nos congratulamos. En momentos como éste te sientes afortunado; el teatro se encontraba practicamente lleno y parecía improbable conseguir un par de localidades medianamente bien situadas.

El pasado miércoles mi niña se encontraba mal, nada que me apetezca comentar en el blog; suficiente para plantearme la posibilidad de no acudir al concierto del día siguiente. El caso es que yo tampoco me encontraba excelentemente bien, que cada vez que ella está pachucha yo decaigo. Estiramientos pasivos de cervicales y esperar a que mejore la cosa... que algo mejoró.

El jueves no fue un día de esos para tirar cohetes, pero al final hubo concierto, después de haber suspendido el primer intento de salida por un tremendo dolor que no cabía en la cabecita de mi peque. Para mi sorpresa se recuperó, salimos y nos lo pasamos bastante bien con Frutos, Jorge, Javi, Nando y Fran, en nuestros asientos de primerísima fila, en nuestro primer concierto de los Second, juntos.

No está mal para ser una cámara de bolsillo ;)

Me puse muy pesado con lo de no quedarnos encerrados en casa, motivo de sobra para que Helena se enfadara conmigo pero, lejos de hacerlo, no me lo tuvo en cuenta.

El viernes amanecimos reventados pero contentos. Fue otro día raro, porque estás que no terminas de encontrarte bien, a pesar de la cantidad de cosas buenas por hacer y los fantásticos momentos que estamos viviendo. Pero hay algo que no te deja terminar de mostrar esa sonrisa en conserva que no termina de aflorar.
La niña de mis ojos, de mis oídos y de mis neuronas, me propuso la loca idea de ir a otro concierto, sin mucho margen para razonarlo debidamente. El sábado empezaba tercero de Osteopatía en régimen intensivo de fin de semana, así que lo mejor sería irse a la cama temprano el viernes pero, en lugar de éso, nos plantamos en la sala Ritmo y Compás a disfrutar de un divertidísimo concierto de Perfect Smile. Juanito me dejó bobo (más) con sus divertimentos percusionistas y su sentido del humor. Bataca majo donde los haya.
De los cabecillas de cartel, Off Topic, mejor no opino. Sólo diré que nos marchamos en la segunda canción, a pesar de los 10€ de la entrada. Si no nos gusta, no nos vamos a quedar por amor al ¿arte?. El sábado me esperaba madrugón y muchas horas de clase y prácticas.
Rato de charla con los músicos en la puerta del local y a casita, a planchar la oreja. La sensación, al llegar a casa, era de satisfacción.

(Por cortesía de... Hijos del Metal - Fanzine)

El sábado fue un día duro. Los dos días anteriores no había descansado lo suficiente y el primer día de clase no fue precisamente tranquilo ni sosegado. Javier entró a saco desde el primer instante, nos bombardeó con conceptos nuevos y nos desmintió una y otra vez argumentos que en el curso anterior habían sido totalmente válidos. Ésto viene siendo habitual en su técnica docente, pero termina por cansar y contrariarte un tanto. Con el tiempo, espero llegar a discernir entre lo que es del todo correcto y lo que sólo tenía fines pedagógicos.
Después de comer cometí el terrible error de prestarme como figurante para unas prácticas de técnicas craneales, con lo que el cuerpo y la mente se me quedaron más tirados que una estera. Para rematar la faena hubo prácticas de tratamiento al final de la clase y, después de quedarme bastante empanado con mi paciente, me trató una terapeuta nula en diagnóstico, poco analítica y menos precisa que un compás de plastilina, haciéndome correcciones lumbares y cervicales en ambos sentidos, sin ton ni son. Bueno, si, destrozándome las lumbares y todos los tejidos blandos que circundan la zona.
Llegué de nuevo a casa con sensación de satisfacción, esta vez por haber comenzado un curso que promete ser super interesante, aunque espeso a rabiar. Sólo me quedó algo de resquemor por la gente, tal vez porque me abruma estar en una clase de diecinueve alumnos, después de haber cursado primero y segundo de Osteopatía con sólo cinco compañeros.

El domingo fue otro día duro, más aún, diría que un día agrio, amargo, triste. Amanecimos tarde. Necesitaba descansar, tenía el cuerpo molido y la mente saturada. No hice por salir de la cama por lo menos hasta pasadas las once. Cuando pusimos la tv, mientras desayunábamos, daban en La 1 una película de Bud Spencer y Terence Hill. Me extrañó bastante, pero no estaba mi cabezota para muchos razonamientos. Entonces la peque se sentó delante del ordenador y tuvo que leer y releer la noticia hasta tres veces antes de decir en voz alta 'Simoncelli ha muerto'. Se quedó helada. Me quedé roto. Sólo oía la musiquilla de la película y notaba cierta sensación de ansiedad. Se me cerró el estómago y me encontré francamente mal. Tal vez sea que hubo momentos en los que deseamos que diera con los huesos en el suelo, como merecido castigo por haber puteado a Jorge y a Dani, por hacernos rabiar durante tantas carreras. Me sentí incluso culpable por haberle deseado mal alguno. Pero nunca imaginé que pudiera perder la vida en las carreras. No te montas en una moto para perder la vida. Y menos bajo la rueda de tu mentor, compatriota y amigo. No enciendes la tv para ver cómo muere una celebridad. Yo no.
Ver el vídeo por primera vez fue muy duro. Ver cómo se le escapa la vida a alguien tan joven, a un ídolo de masas, a un precoz maestro del pilotaje... y verlo una y otra vez repetido en todos los canales de televisión... No podía evitar recordar a Tomizawa. Pero este percance nos afectó mucho más.
Por suerte para nosotros la tarde la pasamos con mi familia política, con lo que hubo poco tiempo para pensar en la tragedia. Incluso un descerebrado nos regaló un entretenido espectáculo de un accidente, en directo, con posterior intento de fuga, perseguido por un taxi y dejando otro magullado por el impacto posterior, tras una larga e infructuosa frenada. Olvidaremos, seguramente, el fortuíto espectáculo macarra de la calle Orense, pero las imágenes de Marco, Collin y Valentino han quedado grabadas a fuego en algún rincón de mi masa gris. Supongo que en la de todos los que sufrimos al ver aquel casco rojo y blanco rodando por el asfalto de Sepang.

(Mejor recordarle haciendo lo que más nos gusta)

El lunes desperté medianamente bien. Me afeité, como todos los días, y pasé un rato bajo el agua, tratando de coger la suficiente energía para llegar hasta el coche y conducir hasta el trabajo. Iba a ser un día programado... y lo fue, a pesar de mi lumbalgia: Inventario de trabajo, llamadas preocupadas preguntándome por el incendio televisado desde el aeródromo, la triste noticia del fallecimiento de un compañero de trabajo, la resolución de unos pocos expedientes, el procesado de imágenes, la visita al médico con mi niña... todo es más difícil cuando te duele el cuerpo. El caso es que no me di cuenta de que estaba mal hasta que salí del coche en el aparcamiento próximo a mi oficina.. Pasé toda la mañana disimulando unos esporádicos pinchazos en la zona lumbar baja, haciendo como si no fuera conmigo, pero al final de la mañana ya no podía estirarme del todo. La tarde pasó sin pena ni gloria, haciendo como que no era nada. Hasta me lo creí.
Vivir en un tercer piso, sin ascensor, no supone ningún problema... hasta que lo supone.

Hoy martes me he levantado... casi no lo logro. Con dificultad me he puesto en pie y con más dificultad me he vuelto a sentar. Una lumbalgia en toda regla, con afectación ciática y dolor irradiado por la pierna derecha, no te deja hacer muchas cosas con normalidad. De meterme en el coche, ni hablar. Mucho menos el bajar los tres pisos sin ascensor. Llamé a la oficina y les pedí que no contaran conmigo en toda la mañana.
Los que me conocen saben que tomo menos fármacos que un amish pero, llegado el mediodía, cedí a la tentación y empecé a tomar relajantes musculares. Si no has pasado por ésto no terminas de entenderlo, a pesar de estar tratando continuamente a afectados por estas dolencias.
Para colmo, dado que no me sé estar quieto ni amarrao, me puse a echar una mano en la cocina con lo que podía y con lo que no. Terminé por achicharrarme una mano cuando rebosaron los pimientos, cebollas, ajos y tomates del vaso de la batidora, recien cocidos, bien calientes... Mis dedos enrojecidos, bajo el grifo, y mis gritos de '¡La puta! ¡Quema! ¡Joder!' dieron fé de que estaba aquello bien caliente. Después de éso dejé que mi chacha cuidara de mi el resto de la tarde.

Toda esta crónica... ¿tiene alguna finalidad? Pues verás: Llevo varios días reflexionando acerca de una cuestión. No entiendo cómo he de sentirme. Me han pasado estos días, desde que logramos que nos trajeran el sofá de Ikea y las mesas, muchas cosas divertidas que nos han hecho sentir la mar de bien. Pero, entre medio, se nos han colado acontecimientos tristes, peliagudos o, cuando menos, molestos. Si me siento bien, me siento culpable; si me siento mal, creo que me sobran motivos para pasar de todo y sonreir.
Hay más cosas que no comentaré aquí, cosas relativas a la salud que preferiría quedaran en el ámbito de lo familiar, pero que no puedo obviar.
El caso es que poner todo esto por escrito me ayuda a ver las cosas desde otra perspectiva. Tal vez mañana, cuando relea todas estas chorradas, me eche unas risas y compruebe lo tonto que soy a veces. O, tal vez, me ayude a pensar con claridad, a no agobiarme y a comprender que la vida es ésto, ni más ni menos.

También está la cuestión de por qué, con cierta frecuencia, me afectan más las desgracias distantes que las próximas, como me sucede en esta ocasión con las perdidas de un piloto de MotoGP y un compañero de trabajo. Me hace sentir extraño, pero ciertamente sabía más del Sic que de Juan, a pesar de que nunca he coincidido en la cafetería con el italiano. No sé cómo sentirme.
Si has tenido la paciencia suficiente para leerte todo ésto, gracias. Si no, te comprendo. Y si puedes quedar a tomar un café y contarme tus penas y alegrías, tú dirás cuándo. Encantado te prestaré oído lo mismo que tú me lo has prestado a mi. Igual llegamos a solucionar algo.

Aún me que da por poner en claro cómo he de sentirme. Qué días más raros estoy teniendo. Ya podría ser todo un poco más sencillo.

Qué suerte tengo de no tener que pasar por todo ésto solo. Gracias, peque.

6 de octubre de 2011

EL CORAZÓN DE LA MANZANA

The world rarely sees someone who has had the profound impact Steve has had, the effects of which will be felt for many generations to come. -Bill Gates, Oct'11.-

Rara vez el mundo contempla a alguien que haya causado tan profundo impacto como el producido por Steve, cuyas secuelas se sentirán durante muchas generaciones venideras.


Esta mañana salí de casa con unos vaqueros azules, un suéter negro y unos bambos. Casualidad, seguramente, porque no creo del todo en el destino. Y estoy seguro de que, fortuitamente o no, miles de personas en el mundo vestirán hoy de negro y azul.
Sólo cuando me enteré de la noticia dí valor a mi atuendo. Me sentí triste, pero contento de haber recibido tan preciado legado.

Enterrad vuestros muertos; incineradlos, si fuera el caso, y esparcid sus cenizas por doquiera rezara en su testamento; pero no permitáis que caiga en el olvido su experiencia, su exigua pero prolífica existencia; que su filosofía, su modo de vida, no hayan sido en vano.


Vuestro tiempo es limitado, no lo gastéis viviendo la vida de otras persona. No os dejéis atrapar por el dogma que implica vivir entre los resultados de los pensamientos y creencias de otros. No permitáis que el ruido del pensamiento de otras personas ahogue vuestra voz interior. Y, lo más importante: tened el coraje de seguir vuestro corazón y vuestra intuición. De algún modo, éstos ya saben lo que vosotros queréis llegar a ser. Todo lo demás es secundario.




What's NeXT? Think different!

4 de octubre de 2011

ANEBO... QUÉ???


Aneboda es el nombre de un rompecabezas que, ensamblado con éxito, termina por servirte de cajonera, económica pero bien funcional. Tanto tornillo wronghole y tanto cachondeo con mi niña mientras nos peleábamos con las guías de los coj... cajones, ha terminado por darme dolor de mandíbula (pterigoideos y maseteros, para ser exactos), pero la experiencia ha sido bien divertida.

No es la primera vez que montamos un kit de Ikea, pero sí la primera que lo hacemos con premeditación y alevosía. Porque lo de la cama fue más un tropiezo que algo intencionado; pero esta cómoda la hemos tenido en mente desde que la fichamos en el catálogo de 2012 (como El Corte Inglés, prediciendo el futuro). Y ya forma parte de nuestro nidito de amor ¡EN TIEMPO RECORD!

Si vienes por casa y se te ocurre abrir un cajón, cuidado con el tirador y no hagas tope, si no quieres verte en el compromiso de regalarnos otra cómoda... y montarla, ojo! Jejeje...


(Imagen por cortesía de www.ikea.com)


24 de septiembre de 2011

LA CARA Y LA CRUZ

Anoche, cuando aparcaba la moto en el paseo que hay próximo a casa, se me acercó una señora con un perro grande, algo así como un pastor belga de pelo corto y color canela, procurando que el can no marcara el neumático delantero de mi roja. En mi afán por socializar con todo chucho viviente le siseé y chasqueé los dedos, pero el animal se mantuvo distante, tal vez receloso del desconocido. El caso es que, tan pronto me quité el casco y descabalgué, la señora se dirigió a mi escusándose por tener que retener al cánido, pero no le gustaba que hicieran lo que todos hacen cuando contemplan un seductor neumático de motocicleta. Entiendo que es un impulso irrefrenable, como cuando un hombre ve un escote o una mujer contempla un bolso de Prada. La mujer, siempre haciendo gala de una educación admirable, después de interesarse por mis vivencias con los animales de compañía y saber que tenemos un beagle, cambió de tercio drásticamente y se interesó por la moto de forma poco habitual, como sólo lo hace una madre: Que si hay que tener cuidado, que si es cómoda para la capital pero conlleva riesgo, que si... Su hermano ha sufrido recientemente un accidente bastante aparatoso, después de muchos años de cabalgar por las carreteras de nuestra amada y malograda piel de toro, y ha quedado bastante maltrecho; la experiencia no te hace inmune a las manchas de aceite sobre el asfalto o a las embestidas de algún descerebrado.

Marché para casa cansado, algo costipado y pensativo por la petición de cautela que me hizo esta vecina de barrio, de modo tan considerado y preocupada, como si de la familia se tratara. Realmente se le notaba apenada y preocupada, como si empatizara con todos lo que, como yo, cada día nos aventuramos en estos caminos a lomos de nuestros caballos, cual hidalgo en cruzada contra el infortunio de un resbalón que de con nuestro espinazo contra en duro pavimento.

Nada que ver la actitud de esta persona humana y considerada, de bondad palpable y empatía sobresaliente, con la del sujeto que ayer tarde arañó, deliberadamente, el depósito de mi Alita, cuando se encontraba aparcada frente a la casa de los padres de mi niña. Podría sentir rabia, odio, ira... pero lo que siento es pena; porque la pintura del depósito se puede reparar, pero lo de ése individuo no tiene arreglo.

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Te dejo con una reflexión/enseñanza de John Forbes Nash que deberíamos tener mucho más en cuenta en nuestros quehaceres cotidianos: Lo que beneficia al colectivo, beneficia al individuo.

21 de septiembre de 2011

SINDROME POSTVACACIONAL

Estaba en menesteres hogareños, poniendo lavadoras y recogiendo trapos, y el olor a piscina en las toallas me ha traido un recuerdo reciente a la cabeza: La imagen de mi niña saliendo del agua mientras un servidor la contempla desde la tumbona, torrándose al sol.
Ha sido una semana de pretendido relax: Más de 2200 millas recorridas con Ryanair; 1162 km recorridos en un Opel Astra de alquiler, que se portó más que decentemente subiendo cuestas y trazando reviradas carreteras; infinidad de lugares dignos de recordar; visitas turísticas al Puerto de los Cristianos, a La Laguna, al Teide, a las Pirámides de Güímar, a La Candelaria, a Icod de los Vinos para contemplar su Drago Milenario y otro, no tan viejo, petrificado, fugaz paseo nocturno por Santa Cruz, el Loro Parque, el concierto de Soundchaser en el puerto...
Unas imágenes para ilustrar, antes de que se me pase la inspiración:



Ya sé, no son las típicas imágenes de un viaje a Tenerife. Tampoco somos los típicos turistas, qué se le va a hacer.

(Perdona el desorden, tengo problemas con el editor de Blogspot).

20 de agosto de 2011

MAMIFEROS APASIONANTES

El título podría haber sido UN NARVAL EN MI PC, UN DELFÍN EN MI CORAZÓN Y UN MANATÍ EN MI RETINA, pero era excesivamente extenso como para acoplarlo en una sola línea.

Un narval en mi portátil, porque he actualizado el sistema operativo a Ubuntu 11.04 Natty Narwhal (Narval Elegante), con el consiguiente quebradero de cabeza y problemas varios que preferiría obviar, pero con los que hay que lidiar una y otra vez.



Un delfín en mi corazón, porque es el animal que me acompaña desde mi infancia, al que envidio infinitamente por vivir como vive y porque puede perderse en las profundidades a su antojo, dejando atrás los mundanos problemas del resto de los mamíferos.



Un manatí en mi retina, porque hace justo una semana que pasamos el día en Faunia, en las afueras de Madrid, contemplando fauna en cautividad. Creo que mi expresión fue -¡No me jodas! ¡Un manatí!- Y no era uno, sino tres. Quedé embelesado durante largo rato, sin decir nada más, sólo contemplando cómo iba y venía en aquella limitada porción del Amazonas artificial un especimen de imponentes dimensiones, una hermosa sirena de río que me incitaba a zambullirme y perderme en las profundidades... Unos minutos después, tras descender por aquella galería en espiral, descubrí que la pecera podía, también, ser contemplada desde abajo. Fué entonces cuando me sentí inmerso, contemplando a tan maravillosas criaturas. No son los animales que más admiro, lo sé, pero me cautivan. Podría pasarme el día observándolos, fotografiándolos, admirándolos... pero no en cautividad. Llegaron a darme lástima y casi prefiero pensar que no están allí, un día tras otro, en su limitada porción de Amazonas acristalado. Tal vez no conozcan otra cosa y sean felices. Vago consuelo.



Próximamente (por decir algo) pondré alguna que otra foto del día en Faunia. Si estás pensando en llevar a tus niños a tan peculiar lugar, piénsatelo dos veces. Y si decides ir, haz acopio de bebidas frías y bocadillos, que te sacarán los ojos por una botellita de agua. ¡Créeme!

Que tengas un buen fin de semana.

4 de agosto de 2011

LIMIENTA Y PIMÓN

Llevo días buscando una excusa para ponerme manos a la obra, para retomar las labores columnísticas y el contacto con mi puñadito de lectores que ya ni me echan de menos, pero no hallaba ganas ni inspiración para plantarme ante las teclas y soltar los dedos con algo de gracia.
Anoche, tras un breve debate doméstico acerca de la cena, surgió la frase que da título a esta reentrada, pero el navegador web de mi portátil me jugó una mala pasada y no pude ni intentar editar unas míseras líneas para desearos unas felices vacaciones. Para mi sorpresa, han habilitado de nuevo el acceso a blogspot desde el trabajo. ¡Y aquí estoy!

¿La frase? Encontrábase mi niña ante dos filetes de atún, recién descongelados por arte de Lorenzo y las tórridas calores estivales, y me cuestionaba acerca de cómo ponerlos al punto sobre un plato, si a la plancha o torturados. De todos va siendo conocida mi tendencia disléxica y mis cruces de palabras, pero éste que os escribe no deja de sorprenderse a sí mismo con nuevos vocablos, en ocasiones impronunciables. En esta ocasión lo sencillo se tornó complejo y divertido: Ponlos a la plancha, con muy poco aceite y un punto de sal. Y si no están sabrosos siempre podemos ponerles un poco de limienta y pimón... y cinco minutos de carcajadas, dolor de tripa incluído, jejeje...

Han trascurrido cinco meses desde los felinos y manzanas. Ya va siendo hora de que nos desliemos un tanto con el piso, las mudanzas, los estudios, la búsqueda de empleo, los médicos, los bancos y la innumerable lista de chorradas que surgen cuando decides montar un hogar, dulce hogar... y retome mis tareas editoriales que tanto me divierten. Espero que te eches unas risas a mi costa y disfrutes de unas felices vacaciones, que te las mereces (no digas que no!).


1 de marzo de 2011

FELINOS Y MANZANAS


Con diez años de retraso entra en mi iMac G3 un Puma. Sí señor, ya tengo instalado un Mac OS 10.1 (Puma) en el PowerPC que me brindó mi querida amiga Mary, previa ampliación de la memoria (¿cómo si no?). A penas 256Mb de RAM y un escueto disco duro de poco más de 6Gb, todo ello para fardar de manzanita en la sala de estar de casa :P
Ahora sólo falta restaurarlo para que luzca bonito. Bello por fuera (¡Aléjate, Blancanieves!), bello por dentro...

PD.- ¿Algún Maestro Jedi que me inicie en el uso de la espada láser?

PPD.- ¿Cómo se dice manzana en inglés? - Mac.

23 de febrero de 2011

MADUROS Y RESPONSABLES

No hay derecho: Con esas doce visitas diarias (promedio), no puedo dejar de aportar cositas a éste, mi trocito de internet. Pero el reloj no se está portando bien conmigo, no doy para más, estoy asumiendo más tareas de las que soy capaz de realizar y el blog está saliendo perjudicado. Mejor ésto que la salud... mmm... mal ejemplo; de salud tampoco ando sobrado. Los masajes y tratamientos, las clases, los interminables viajes en coche, las cajas, la camilla al hombro, el escaso deporte que practico, las malas posturas... todo decide juntarse en un par de músculos y terminan por reventar. Te presento a los Serratos, concretamente al mayor (anterior) y al posterosuperior (el posteroinferior se salva por los pelos). Tres días de molestia (gorda) y ya empiezo a sentirme un poco persona de nuevo. Pero ¡hay tanto por hacer y tan poco tiempo! Y tú me dirás: ¡Como si fueras el único! y no lo soy, tienes razón, pero ya se sabe, los problemas de uno son más importantes que los del resto del mundo. ¿Qué me importará a mi que el señor Gadafi esté a punto de salir por la puerta chica, que el mundo islámico se esté revelando contra el conservadurismo religioso y el totalitarismo de sus dirigentes, que la presidenta de la comunidad de vecinos que es éste Madrid esté convalesciente en un hospital, habiéndose pasado por los bajos interminables listas de espera, o que todo el mundo (y El País) celebre que hace treinta años nos libramos de una empitonada tricornal por lo chapuzas que resultaron ser los intentones golpistas... no, a mi lo que me importa es que no puedo tumbarme boca arriba, que camino torcido, que no puedo ni sentarme en el coche y conducir (en moto sí) o que la cama está por hacer (literalmente) a falta de encolar y atornillar. No puedo menos que echar de menos el tiempo en el que, inocente, mi máxima preocupación era que llegara pronto la hora de merendar y que hubiera algo de chocolate. Lo admito, le tengo envidia a mis sobrinos, con sus juguetes, su ingenuidad, su curiosidad por todo... Me encanta cuando les hacemos una foto y corren hacia la cámara diciendo: ¡A vé, a vé! Imagina que pudieras, como en las películas de Tom Hanks, cambiar uno de tus días por uno de tu sobrino; seguramente lo desperdiciaría de la manera más desastrosa posible, llorando, mojando los pantalones, peleándome con otros niños, rompiendo algo, durmiéndome en cualquier sitio, ensuciándome... Envidia cochina les tengo :P En cambio nos toca ejercer de maduros y responsables adultos, asumiendo que cuando tiramos p'al sur me toca agarrar el volante y soportar, estóicamente, quinientos y pico kilómetros cada vez más aburridos. Y pasa lo que pasa: Crees que te conoces la carretera, tienes memorizados todos los radares, y los que no, ya te los recuerdan los amigos de la DGT con preciosos paneles de a trescientos la pieza; pero en una recta en bajada, tras un paso elevado, en el carril de incorporación, por el rabillo del ojo crees ver un Mercedes C220 plateado, agazapado entre la maleza y sospechas, a penas pasas, miras por el retrovisor y ¡Zas! El destello les delata, miras la aguja, calculas el diferencial, te mentalizas de que en unos tres meses te llegará una hermosa carta de amor desde León y te entran unas ganas terribles de arrimarte al vehículo camuflado, asomar la cabeza por la ventanilla y gritarles a los tricornes: ¡¡¡A vé, a vé!!! Pero no lo haces, no por falta de ganas, sino porque estamos en el empeño de ser adultos responsables que asumen sus faltas y blasfeman durante doscientos kilómetros, acordándonos de cada uno de nuestros conocidos que algún día ingresaron en el cuerpo.
¿Cuántas cosas crees que pueden salir mal en un viaje? ¿Una? ¿Dos? ¿Treinta? A nosotros, en el último paseo por el sur se nos sucedieron unos cuantos acontecimientos inesperados, como el fortuíto encuentro con el radar camuflado, el caos circulatorio en Granada, por las obras del tranvía (creo), el GPS más perdido que un cura en el desfile del orgullo gay, por culpa de la meteorología adversa que nos acompañó buena parte del viaje, las multicolores zonas de aparcamiento (multizona-multitarifa) y los parquímetros para ingenieros aeronáuticos, que además de complejos piden más que el ilegal de La Farola en la puerta del Mercadona. Y seguro que la peque se acuerda de alguna otra cosa que habré preferido olvidar, bendita amnesia selectiva, pero el viaje estubo cargado de anécdotas, todas ellas sobrellevadas con madurez y sentido común. Porque es de lo que se trata hoy la charla: Ya somos adultos y tenemos que asumir nuestras responsabilidades. Tengo un blog inactivo porque me meto en más fregaos que una vileda; tenemos el país que tenemos porque lo hemos hecho así (y luego le echamos la culpa al vecino, pero nadie hace ascos a la pela ajena). Tengo la espalda jodía por lo mismo que el amigo de Javier se encontraba resacoso: Acumulación de copas. Tenemos más deudas que un ludopata en Las Vegas porque hemos querido comprar duros a cuatro pesetas y, para más choteo, nos hemos vanagloriado de ello. Somos lo que comemos y, francamente, comemos cada mierda...
¿Estás dispuesto a asumir tu parte de madura responsabilidad o piensas seguir echándole la culpa al tipo ése que dice que manda?

Y me dejo en el tintero las charas sin sentido que atormentan a mi queridísima, las broncas laboro-extra-laborales, la incertidumbre del contrato que no lo es pero ahí está, la lista interminable de cosas importantes que me estoy dejando por hacer, la no menos larga lista de eventos a los que nos gustaría asistir y estamos dejando pasar, el curso de brico-ñapas y el retorno de los pintores de brocha gorda (de andar por casa, oiga!), el final de curso y el comienzo de la búsqueda, los matasanos y algún sanamuertos, los compromisos que apetecen y los que te gustaría que no llegaran jamás...

Menuda charla he soltado hoy. Si después de ésto no dejas de leerme, te merece, por lo menos, unas birras en el Piratas de Alcorcón. Próximamente, concentración motera. Es lo malo (bueno) de vivir en Madrid, siempre hay algo que hacer. Responsablemente :P

11 de febrero de 2011

RETRATOS DE MUJER

Un tal Philip Scott Johnson ha reunido todas estas imágenes de mujeres, extraídas de cuadros, y ha editado este, cuanto menos, sorprendente vídeo con técnicas de morphing (gracias, peque, por la aportación):



Creo recordar que esta técnica de vídeo se empezó a poner de moda a partir del célebre vídeo de Michael Jackson, Black or white. Si no lo recuerdas, aquí te dejo el fragmento final:



Esta visto que, en épocas de crisis autorística, nada como el copy & paste de vídeos. Próximamente retomaré la escritura y, espero, la fotografía. Gracias por tu paciencia ;)

7 de febrero de 2011

23 de enero de 2011

AMIGOS DE LO AJENO

Hace unos minutos, de regreso a la residencia, conforme me aproximaba a mi coche podía oir unos ruidos que procedían de la misma dirección en la que se encontraba aparcado mi Megane, pero como la agudeza visual no es mi seña de identidad y la oscuridad de la noche no ayudaba, me resigné a prestar oído y tratar de averiguar si tenía o no que ver con mi coche. ¿Un gato, tal vez? ¿Alguien trasteando en el turismo aparcado tras el mío? El caso es que espero, desde el otro lado de la calle, que se detenga el tráfico para cruzar y montarme en mi auto cuando, algo intrigado, veo aparecer tras el Renault a un tipo algo mas corpulento que un servidor con algo parecido a un palo oscuro en la mano. Máximo suspense. Me entra la prisa por pasar al otro lado de la calle, pero algo me dice que no deje de prestar atención al individuo que, como con prisa, se aleja del lugar de los hechos. Logro esquivar un BMW y alcanzo el morro de mi coche, lo rodeo y busco indicios por el lado derecho. Tal vez esperaba encontrar rastros de forcejeo en la puerta, tal vez en la cerradura... pero lo que hayo es el hueco vacío del embellecedor de la puerta delantera.

A veces sucede, no sabes cómo, que salta un resorte dentro de tí y actúas sin pensarlo dos veces: Eché a correr, deteniendo el tráfico, palma en alto, esquivando coches varios por Agustín de Betancourt, cuatro carriles de locura, semáforo recién abierto... pero cuando la adrenalina fluye las ideas se nublan. Salto entre dos utilitarios aparcados muy próximos y noto como el corazón hace por salirse por la boca, pero aún lo puedo contener. Hace un instante que he visto al tipo de pantalón claro y chaquetón oscuro, moreno y de abundante pelo más o menos corto, doblar la esquina con aquello que yo consideraba un palo en la mano derecha. Mientras alcanzo al galope la calle Maudes veo perderse unos pies girando a la izquierda, por Modesto Lafuente. Pienso ¿Qué le haré? ¿Qué le diré? ¿Habrá reacción por su parte? Claro que la habrá. Pero mis piernas no se frenan hasta encontrarme a penas dos metros tras de él. ¡Oye! ¡¿Te importa devolvérmelo?! Le suelto con voz grave, tratando de disimular la agitación, sacando pecho y conteniendo el más que provable jadeo propio del esplosivo esfuerzo. La reacción: Perdona. Y me ofrece los dos trozos de plástico que minutos antes había arrancado, impío, de mi auto. A penas le miro a la cara un instante, desprecio patente, rabia contenida. En un gesto airado agarro la pieza más grande, la que asemejaba un palo, saliendo despedida la pequeña y yendo a parar entre dos coches que se encontraban al margen de la escena. El tipo se apresura a agacharse, coger la plaquita con la indicación dci y afrecérmela, pidiéndome de nuevo perdón. ¡Sí, claro! Le espero, tomando la placa y marchándome sin más. Y si, me marcho sin más porque todo lo que se me pasó por la cabezota en ese instante resultaba bastante destructivo. Y digo yo que dos trozos de plástico no valen unos dientes rotos (los del desgraciado) y unos nudillos magullados (los míos, por ejemplo), o recuperar en embellecedor quebrado del meganito después de estampárselo en la cara al gilipollas ése, con el consabido riesgo de irme a casa con algún morado de más o verme implicado en un atestado policial, con lo que éso me complicaría la noche. Vamos, que marché hacia en coche con sendas piezas en la mano, con el regusto alcalino en las encías y con una sorprendentemente rápida recuperación del ritmo cardiaco y no tan rápida desaparición de mi exacerbada ira.

Después de calmar mi cuerpo y no lograr tranquilizar mi psique, monté como buenamente pude las deslucidas bandas negras, a partir de ahora con cierta holgura, y me senté en el coche, arranqué y conduje inadecuadamente hacia Modesto Lafuente, giro la primera a la derecha y prosigo un par de calles más pensando qué haría si vuelvo a ver al cretino ése paseando su desfachatez por el barrio. Pero me convenzo a mi mismo de que no vale la pena perder ni un minuto de sueño con este asunto, que lo que no haya hecho durante la enajenación transitoria se considerará premeditado y alevoso ante un juez. Respiro hondo y deseo que alguien con menos consideración, modales o reparos que yo (o tal vez alguien con más arrestos) le mande al dentista por vía urgente, tal vez por menos de lo que hoy aconteció, que si lo piensas fríamente no ha sido para tanto.

Queda abierto el buzón de sugerencias, para posibles finales alternativos y desahogos varios de la indignada población. Un servidor se va al catre.

PD.- Desestimado amigo de lo ajeno: No te molestes en tratar de arrancarme esos deslucidos y ajados embellecedores, pues a partir de mañana estarán fijados al maltrecho carrozado de mi automóvil con adhesivo termoplástico. Gracias por nada.

14 de enero de 2011

INCREIBLE TARJA TURUNEN



Y no lo digo sólo porque está más rica que el pan con Nutella, no. Más bién porque esta gran mujer y esta gran voz se han abierto camino en el difícil mundo del Rock (con matices), demostrando que hay vida después de Nightwish. Dicho así, parece nada...
Seguro que los señores Tuomas, Marco, Julius y Emppu han perdido alguna que otra noche de sueño desde la marcha de la mezzosoprano (*), por no mencionar a los productores... y qué decir de Anette, que se encontró el listón, no alto, inalcanzable!

(* Tarja se considera Soprano)

No negaré que la ruptura del grupo, en 2005, me causó gran desazón, pero ahora descubro con gran agrado que lo que realmente me gustaba de la banda era la voz y, por fortuna para todos nosotros, sigue grabando y dejándonos ojipláticos y babeantes cada vez que libera ese arroyador torrente de voz.
Atrás quedaron Wishmaster, Bless the child o Wish I had a angel; bienvenidas sean Falling awake, I feel immortal y Until my last breath.





Sesiones de fotos y ediciones de sus discos dignas de coleccionista adornan la vida pública de Lady Tarja. A mi parecer peca de escasa modestia, pero le va tan bien que no se lo voy a reprochar. En la segunda versión del clip de vídeo Until my last breath juega a estar muerta y se deleita con los informativos en TV y el merchandising en torno a su imagen... Ok, egocéntrica, pero me da igual, siempre que sepa cuál es su sitio y a quién debe su éxito, ¿no crees?

Aquí te dejo la perla de vídeo y los enlaces a las páginas correspondientes, por si te interesa profundizar un poco más en el tema. Yo me voy con mi constipado al sobre, que mañana hay que madrugar.

Felices sueños, mis niños.





Nightwish.
Tarja Turunen.
Tarja - What lies beneath.

13 de enero de 2011

MENUDO DILEMA

Para un pseudo-republicano resulta jodido verse en la obligación de darle las gracias a los Reyes, por muy magos que sean, pero aquí me tienes, eternamente agradecido (Don Javier, qué grande es Usted!). Porque el año empezó con una enorme caja rellena de ilusiones, juegos, películas, infinidad de posibilidades... vamos, una Playstation 3 Slim y el God of War 3!!! (todavía se le cae la baba a mi peque sólo de pensarlo). Y no sólo fue éso, también hubo películas (ya tengo la saga de Death Note casi completa), unas zapas Salomon que aún no he podido estrenar, un pack de colonia y gel Le male, de Jean Paul Gaultier (¿adictiva? no, qué va!)) y un fantástico libro fotográfico de la Ruta 66 que, espero, algun día nos servirá de guía para recorrer los casi cuatro mil kilómetros que trascurren de lado a lado de los EEUU de Norteamérica.

(Para el año que viene mejor presento un bodegón)

Imagina todo ésto precedido de un chuletón de Ávila al punto, unas brochetas de langostino y una fabulosa tarta de queso casera que nos obsequió la peque amablemente (peaso de cocinera!!!). Una noche memorable ;)

- - - O O O - - -

Lástima que en vísperas de un examen que no me perturba demasiado, me encuentre entre ataques de tos, apuntes de osteopatía, estornudos, ausencia de calefacción, acetilcisteína, planes de viaje, tremendo dolor de cabeza, atlas de anatomía, lento internet, infusiones, escozor de ojos y vete a saber cuántas penurias más. Pero todo se me pasará y disfrutaré de un paseo en tren y un fin de semana maravilloso, porque si no ¿para qué tomarse la molestia de viajar?. Una aspirina, otra infusión y a la cama, que ya va siendo hora de planchar la oreja. Ya disfrutaremos de todas estas y muchas otras cosas buenas cuando gocemos de mejor salud y abundante tiempo libre, si es que llega...

Felices sueños, mis niños.


(Me consta que se me quedan regalos y momentos por mentar, pero mi coco no da para más esta noche. Tal vez mañana.)