26 de diciembre de 2010

FIESTAS DE ZAMPAR

En estas fechas tan entrañables, en las que casi todos se reunen en torno a una mesa a comer hasta decir basta, qué mejor que ponerse malo, a parir de mal, y no poder probar bocado en tres días (ya será menos), conduciendo quinientos y pico kilómetros doblado en dos y parando en cada venta para recomponerme y darle la brasa a mi querida niña, que tanta paciencia me tiene y tanto me cuida (¡Gracias, hermosa! Eres lo más grande!). Y después de soportar cómo la familia da buena cuenta de tan suculentas viandas mientras nutro mi organismo de Aquarius de naranja y calditos con arroz, toca regresar a la capital, al curro, que no disfruto de vacaciones, como tantos otros mortales, y la carretera es larga, la semana se presenta pesada y las ganas son escasas, pero el deber me llama y las ganas de recuperarme y vengarme de esta inoportuna gastritis no conocen límites... y paseando por El Comidista para tomar ideas de cara a la cena de fin de año, me he topado con la noticia de la publicación de un libro que revolucionará las cocinas más metaleras del mundo entero: Mosh Potatoes (qué coño es mosh?), un compendio de recetas y anécdotas de la mano de personajillos del universo heavy, los más bestias sobre el escenario y ¿en la cocina? mmm... pues parece que no todos, porque los hay que les dá por la repostería navideña (jis, jis, jis...).



Tengo entendido que esta obra maestra del cook'n'rock está traducida y a la venta en España, así que ya puedes correr y conseguirme un ejemplar si quieres que te invite a cenar un burrito satánico o un pollo endemoniado... en cuanto tengamos un puente bajo el que cobijarnos, con cocina y comedor. Las birras las ponen los invitados, por si aún no lo sabías.

¡Felices y opíparas fiestas, queridos míos!