24 de septiembre de 2010

SOBRESALTO DEL JUEVES NOCHE

Calle de Serrano Jover, esquina con Princesa. Doce de la noche. Regreso a la residencia después de dejar a la peque en casa. Lo cierto es que estoy bastante cansado pero en cuanto me pongo al volante me despejo lo suficiente como para no comerme al coche de delante. Semaforo en rojo, me detengo tras un Rover ¿? color champagne. Miro por el retrovisor y no hay nada ni nadie tras de mi Meganito. Semáforo en verde. El de delante amaga salir y yo hago lo mismo, pero una abulancia circulando por Princesa, dirección Argüelles, le hace frenar en seco. Detengo el coche a más de un metro del que me precede. De repente (décimas de segundo) oigo/siento un golpe en la parte de atrás. Retrovisor: Dos cabecitas con sendos medios huevos y ojos de ¡Coño! ¡Qué susto! pegados a la luna de atrás. Pongo los warning, echo el freno y me bajo a preguntarles. Están bien, nerviosos pero enteros. La chica que va de paquete se baja de la moto, una Yamaha ¿? de 125cc, y se agacha junto a la defensa trasera del Megane, por donde han dado el golpe. Le digo: Ni te preocupes por el coche! Pero en realidad lo que le preocupaba era su manoletina izquierda, que la perdió con el testarazo y se le coló debajo del coche. Risas nerviosas. El chico, agradecido, me da la mano enfundada en un guante de cuero muy currado. Tiene cara de no me creo que no me pida los papeles. No se los pido. Tengo sueño, estoy deseando pillar la cama y mañana tengo madrugón. Me despido de la pareja deseándoles buenas noches y que se lo pasen bien (van de fiesta de jueves). Me monto en el coche y se me plantan en paralelo a mi izquierda. Bajo la ventanilla para oirles despedirse una vez más. Están agradecidos porque (supongo) no les he amargado la noche con burocracia amistosa. Parecen majos. Si hubieran respetado la distancia de seguridad nada de ésto habría pasado y un servidor estaría a estas horas contando borreguitos, en lugar de estar aporreando teclas. El sobresalto me ha desvelado. Me repito a mi mismo: No ha sido nada. Ala, a dormir!.