20 de septiembre de 2010

BREVE DESAHOGO

Podría enrollarme contando las patéticas peripecias que se suceden, una tras otras, en mi trabajo, pero no me apetece. En lugar de éso, comparto contigo esta imagen que me he tropezado por la red y que me ha parecido bastante emotiva. No preguntes por qué, no le tengo especial apego a este maestro del pilotaje, no más que a la mayoría de los pilotos que nos han hecho soñar alguna vez los domingos de carreras. Pero esta imagen tiene algo:


Tal vez sea que, en el fondo, es tan humano como la mayoría de los que le admiramos. Aquí el odio y la admiración van de la mano; creo que a éso se le llama envidia...

¡Grande! Queremos verte de nuevo en el podio!