3 de noviembre de 2009

LA TATA NOS DEJÓ

Ana Valero Muñoz (1931 - 2009)

Cada vez que nos deja alguien querido se nos para un poco el corazón. A ella se le paró casi del todo el día que murió su Paco. Hoy dejó de latir por completo, en silencio.
No ha sido un final memorable. Mejor me quedo con los recuerdos de pasadas Navidades en familia, de las incontables idas y venidas a Granada, las Dianas Floreadas en el balcón de su casa durante las fiestas de El Palo, los domingos en el campo con el Titi y su cuatrolatas, los arroces en la Venta del Túnel y los pescaítos en el Tintero, las risas y las bromas constantes cuando caían unos chatos de vino cuando se juntaban en la cocina mamá y ella. Mejor acordarse de las risas y olvidar estos últimos años de muerte en vida. Quiero que su recuerdo sea el de la persona activa y alegre que siempre me pareció. Se me están amontonando los recuerdos y las lágrimas. Recuerdos de una madrina que durante largo tiempo me mimó y me consintió. Cómo no echar de menos todos esos años. Gracias.

No dejaremos de recordarte, Tata.

LIESBETH SALANDER DEBE VIVIR

Como todas las grandes historias de justicieros que pueblan la literatura, esta trilogía nos conforta secretamente haciéndonos pensar que tal vez no todo esté perdido en este mundo imperfecto y mentiroso que nos tocó, porque, acaso, allá, entre la "muchedumbre municipal y espesa", haya todavía algunos quijotes modernos, que, inconspicuos o disfrazados de fantoches, otean su entorno con ojos inquisitivos y el alma en un puño, en pos de víctimas a las que vengar, daños que reparar y malvados que castigar. ¡Bienvenida a la inmortalidad de la ficción, Lisbeth Salander!

Mario Vargas Llosa para El País.

Hay días en los que te apetece engancharte a un libro y no relacionarte con el resto del mundo hasta, por lo menos, devorar la última letra, el último punto, la última página en blanco que cierra el último capítulo.

Para los de la LOGSE: Inconspicuo.- Poco aparente, discreto, que no destaca por su actitud o aspecto.