31 de julio de 2009

OJOS HINCHADOS...

...y un nudo en la garganta. Los últimos días he leído demasiadas noticias de accidentes de tráfico, algunos de fatal desenlace, otros con mejor fortuna, pero la que acabo de leer me ha afectado. No lo entiendo, no le conocía de nada, ni siquiera hemos coincidido tomando unas birras en el Vapor; lo mismo era un cabronazo, un maltratador, un robagallinas; igual era una bellísima persona, o un Doctor de pacotilla haciendo su particular Gran Premio por carreteras nacionales saturadas de moteros de fin de semana. Sea como fuere me ha consternado ver cómo otros compañeros preguntan por él en los foros y sus reacciones al saberse el fatídico desenlace. Alguien decía en otro hilo de conversación que ojalá todos los accidentados se recuperasen satisfactoriamente... qué ingenuo! Llevo más de dos semanas con dolorosas molestias por una mariconada de esguince en la muñeca. Una caída te deja mil veces peor, si te deja.
Treintañeros con motos deportivas de gran potencia que apuran al límite. Ya estoy más cerca de los cuarenta que de los treinta, pero no me veo en ese perfil; ni siquiera tengo prisa por deslimitar mi montura. Y últimamente sueño que me caigo en una curva a izquierda, una caída absurda, un resvalón que me deja con el culo dolorido y bastante cabreado, todo lo cual me hace ser más precavido cada vez que me enfrento a una curva especialmente cerrada. Aún más cuando voy con mi niña atrás.
No voy (no vamos) a dejar de montar en moto por ésto, me gusta demasiado, pero tampoco voy a perderle el respeto a las dos ruedas, la potencia, la velocidad o la dureza del asfalto. Como me dijo una vez Chema: Hay dos clases de moteros, los que se han caído y los que se van a caer. Yo ya conozco la dureza del suelo.