15 de septiembre de 2008

UN FIN DE SEMANA DIFERENTE

Sábado: Escapada en moto a la sierra con Helena, Puerto de la Cruz Verde y pueblos aledaños, pantanos y playas de Madrid, paella salada y croquetas caseras (de bolsa), jilguero encabronado (ya lo explicaré en otro momento jjj...), rutilla de bar en bar, tetería a última hora de la tarde, La Noche en Blanco, unas pocas fotos de recuerdo (día memorable), patos en la Cibeles, todo Madrid en la calle a las cuatro de la madrugada... Lo bueno de improvisar.
Domingo: Levantarse tarde y cansado, con dolor de gemelos e irritación de ojos, pero contento. Darme una ducha, comer cualquier cosa, ordenar la habitación, darme otra ducha, quedar con Helena para estudiar en un bar, otra vez las lentillas, risas muchas y charlas sobre huesos, músculos y articulaciones de mano y cintura pélvica, planes para los próximos días, cena fuera, charla hasta bien tarde y a dormir (poco pero contento).

Los mejores días son esos en los que no tienes planes y todo viene rodado, como sacado del guión de una película de esas de final feliz, que no te crees que nada pueda salir mal, porque no hay nada que te fastidie esa sensación de felicidad...
Lo estaba necesitando.

Esta semana toca sentarse delante de los apuntes y libros y darlo todo. Sólo quedan cuatro días para el último examen y hay bastante temario del que no me gusta, del de memorizar sin más. Que la fuerza me acompañe ;)