1 de julio de 2008

NO ES ORO TODO LO QUE RELUCE

All that is gold does not glitter,
not all those who wander are lost;
the old that is strong does not wither,
deep roots are not reached by the frost.

From the ashes a fire shall be woken,
a light from the shadows shall spring;
renewed shall be blade that was broken,
the crownless again shall be king.

Hace tiempo que vengo recordando este poema de J. R. R. Tolkien, metáfora aplicable a tantas cosas cotidianas que me vien a la cabeza, a tantas personas.

Se tradujo como:

No es oro todo lo que reluce
ni toda la gente errante anda perdida.
A las raices profundas no llega la escarcha
el viejo vigoroso no se marchita.

De las cenizas subirá un fuego
y una luz asomará en las sombras;
el descoronado será de nuevo rey,
forjará otra vez la espada rota.

A menudo las personas no somos lo que parecemos, mucho menos lo que dicen los demás que somos. Sencillamente somos lo que hacemos, lo que demostramos ser día a día.

¿A cuento de qué esta parrafada? A cuento de que nunca me he sentido centro de miradas y comentarios, nunca me sentí lo suficientemente importante como para que hablen de mi, al margen del entorno familiar; nunca he dado que hablar a propósito pero, por motivos que se escapan a mi control, últimamente se habla de mi más de la cuenta, sin conocimiento y de forma dañina. Y no es que me importe especialmente, pero cuando afecta a personas que me importan, mal vamos. Así que, por favor, señores desconocidos, dejen de hablar de un servidor y preocúpense de sus propios pecados.

Espero que el tiempo ponga a cada cual en su lugar.