25 de abril de 2008

HABERLAS HAILAS

Si, hay meigas, lo mismo que hadas. Eso ya lo sabías. Y ayer una me echó una mano demostrándome más amistad y comprensión de la que nadie me ha demostrado en mucho tiempo. ¿Que puede haber sido un espejismo? ¿Una ilusión? Puede. Pero ayer esta brujilla de veintitantos años y mucha vida corrida me quitó el frío y me abrió unas cuantas puertas para que no me sintiera mal y, sinceramente, logró mucho más que eso. Logró que recordara lo mucho que la quiero y lo mal que me he portado con ella los últimos meses y, a pesar de eso, no me demuestra el más mínimo rencor. Es un cielo. Y es que la gente que realmente vale la pena te lo demuestra a lo largo del tiempo; te pueden hacer daño, pueden hacerte sentir mal, lo se, pero vuelven y te apoyan cuando lo necesitas.
Ayer fue un gran día. Conté con el apoyo de mucha gente que me quieren, me estiman o, simplemente, me tienen algo de afecto. Pero me apoyan. No se cómo pero al final me vi tan arropado...
Gracias a todos.

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(Aquí había una lista de gente a la que estoy muy agradecido. Por petición popular la he borrado, pero eso no resta ni un ápice de gratitud).
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Hoy es un gran día. Nada ni nadie me lo va a joder.