Fin de semana en Málaga. Improvisado y breve. Muy breve.
Para colmo de precipitaciones, el AVE me resultó la mar de incómodo tanto en Turista, a la ida, como en Preferente, a la vuelta. Sólo espero no tener que depender mucho del dichoso tren y empezar a verlo no más que como un medio de transporte. ¿Acaso es algo más?
Los sobrinos bien, gracias. Y el resto de la familia tampoco están mal. Dentro de un mes volveré a verles, cuando bauticen al peque. Van a lograr que me ponga de traje otra vez...
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¿La pelirroja del AVE me enamoró? No creo, es sólo que me recordó a alguien a quien me gustaría ver más a menudo, al menos abrazarla una vez y darle las gracias por tenerme ilusionado cada vez que me sumerjo en las frías aguas de este océano plagado de redes. Otro delfín atrapado...
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- Un abrazo fuerte, niña grande. Te sigo leyendo. -
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Espero una semana lo suficientemente densa para no tener que pensar demasiado. Y eso que tengo en quien pensar; mucho y bueno. (Es que tengo la neurona vaga).
