11 de enero de 2008

SOBREDOSIS DE REALISMO

Estoy con una Mujer (si, no pongas cara de sorpresa, a veces estoy con mujeres) que no deja de proporcionarme raciones extra de realidad pura y dura. Nada de maquillar los momentos cotidianos con falsas apariencias, nada de vestir monas de seda. No. Se comporta con total naturalidad, tanta que me abruma. Desbordado me tiene de tanto exhibicionismo, de tanta crudeza, directa e incisa, siempre por el camino más corto me explica que las cosas duran lo que tienen que durar. Nada que objetar. Como si mis pensamientos salieran por su boca, adivinando cada una de mis palabras.
Decía anoche que no le encuentro parecido con nadie con quien haya estado anteriormente. Decía ella que si, que conozco a ese alguien de toda la vida: Yo. ¿Acaso nos parecemos tanto? Porque tengo la sensación de que nos conocemos tanto y tan bien que me encuentro extrañamente cómodo en su compañía. Y porque si todo terminara ahora mismo la seguiría viendo con los mismos ojos que la veo ahora, que la veía hace unas semanas, hace una vida...
.
Somos como dos pájaros, libres, que han tropezado en el mismo nido y han decidido quedarse y brindarse mutuo calor hasta pasar el invierno.
.
Estoy viviendo un momento muy dulce de mi vida. Que dure lo que tenga que durar.