15 de noviembre de 2007

LUGARES (II)

Vale, no soy un viajero nato. Me gusta conducir, hacer kilómetros por carreteras desconocidas pero, una vez llego a los lugares, me vuelvo muy torpe a la hora de visitar ciudades y monumentos, desorganizado e incapacitado para tomar imágenes representativas y recordar ordenadamente todo lo visto. Acompañado cambio por completo; lo mismo ejerzo de guía improvisado que me muestro atento a las explicaciones de quien se preste a enseñarme su rinconcito del mundo. Es curioso, como si me faltara algo, alguien que catalice mi yo explorador, aventurero ávido de conocimiento. Tal vez la soledad me desmotiva.

Instantánea nocturna de la Basílica del Pilar, en Zaragoza, allá por el mes de mayo (?) del año pasado. Hice unas pocas fotos sin demasiado orden ni sentido. Ésta en concreto me gustó bastante; el resto prefiero ni mirarlas. Ese día la inspiración brillaba por su ausencia.

Junto al Monasterio de Piedra, próximo a Calatayud, se encuentra un paraje espectacular de cascadas y arroyos ruidosos y tremendamente hermosos. Grutas, saltos y remansos de agua se suceden de forma maravillosa, casi de cuento. El lugar me enamoró, a pesar de lo que me llovió y de la falta de cobijo. Menos mal que había ropa seca en el coche.


Carece totalmente de intención esta foto. Simplemete levanté la vista al oído de unas aves que me sobrevolaban, apunté a bulto mi cámara y ésto es lo que salió. Meses más tarde un amigo naturista me comentó que se trataba de un águila (después de ver la imagen a resolución completa) y pensé: Mi primera foto de una rapaz en estado salvaje... Uno no tiene ni idea de lo que sobrevuela su cabezota. Mira que confundir cigüeñas con águilas...

Este edificio no necesita presentación, si bien cabe recordar que hace poco se cumplieron los diez años desde que se inauguró y que, casualidades de la vida, coincidió aquélla insigne botadura con el nacimiento de mi sobrino. Un diez para cada uno y que cumplan muchos más.

Y ¿qué decir de ésto? Se encuentra en pleno centro de Bilbao, a muchos metros del suelo, coronando un edificio oficial (?) junto a la Subdelegación del Gobierno (no recuerdo el nombre de la plaza, ni me apetece buscar). ¿Aplicarán la Ley de Memoria Histérica en este caso?

Ufff... Lugar bello como él solo. Castro Urdiales es otro de esos sitios a los que uno quiere regresar constantemente. Da igual la época del año, da igual la compañía, da igual que... Regresaré dentro de poco y espero que sea para pasar por lo menos una semana y seguir haciendo muchas, muchas fotos. Por cierto, esta iglesia al pie del mar es de los más espectacular que he visto en mucho tiempo. Y pensarás, viajero experimentado, que he visto poco para opinar así. Es cierto, me queda un mundo por descubrir. Estoy en ello.

LUGARES (I)

Durante los años que viví en Murcia, más concretamente durante los años que hice uso del coche en mis desplazamientos entre Murcia y Málaga, conocí e incluso memoricé caminos y lugares por los que pasaba irremediablemente. A pesar del empeño que ponía en no repetir itinerarios, resulta la mar de difícil lograrlo. Una de mis alternativas era salir de Málaga por la carretera de Zafarraya (abajo) desde Vélez-Málaga.


Pantano de la Viñuela con la Maroma de fondo. Hemoso lugar, más aún cuando ha llovido lo suficiente como para que el embalse luzca rebosante. No era el caso.

Por esa carretera, camino de Alhama de Granada descubrí este pueblo de curioso nombre. Sin comentarios ;) Por cierto, del pueblo no conozco más que el nombre. Buscaré por Google...

Si eres habitual de la A-92 seguro que reconoces esta imagen: El Puerto de la Mora en invierno es algo estremecedor, por lo hermoso y por lo peligroso. Y este día no era el peor ni el mejor, sólo un día de nieve escasa ratos de ventisca que hacían bastante incómoda la conducción. Pero se da el caso de que iba casi solo por la carretera, el asfalto estaba limpio y me resultaba tan hermoso todo lo que veía que no pude evitar ponerme a hacer fotos. ¿Quién necesita un GPS para distraerse? Si la G.C. se entera de mis aficiones al volante me van a dar una mención...

Esto es... ni idea! Habré pasado mil veces por delante de este monte y no tengo ni idea de cómo se llama. Está a mitad de camino entre Granada y Málaga. Después de quedarme mirándolo en cientos de ocasiones me decidí a para y retratar este curioso lugar que me cautiva.

CIRUITO DE CARTAGENA

No es nuevo mi interés por las motos. De hecho es más bien una vieja pasión, una espina clavada desde hace años y que estoy a punto de sacarme. Tampoco es que sea un apasionado del motociclismo, no me preguntes por competiciones ni pilotos, tampoco por modelos ni accesorios. Me gusta conducir, no más.

En el verano de 2005 (25 de septiembre) los que entonces formaban el Motoclub El Abuelo alquilaron el Circuito de Cartagena para echar el día y allí estaba yo, cargado con una Nikon, mi Canon y un surtido de objetivos de medio y largo alcance. Esto es una pequeña muestra de lo que capté:

El día anterior hubo una concentración de motos antiguas o algo así. A los rezagados les pude hacer alguna que otra instantánea.

El mejor, con permiso del resto del Motoclub: El Seco. Lo que para los demás resulta una proeza, en él parece juego de niños. De mayor quiero pilotar como él ;)

Paco, el más grande, con su Triunph (enamorado me quedé... de la moto!!!), gastando titanio por donde quiera que tumbaba. Qué grande eres, Topo.

Hace unos meses regresé al mismo circuito con la misma gente; si bien el Motoclub se disolvió hace tiempo, los de siempre siguen quedando para rodar de tanto en tanto. Con tiempo sacaré una selección, aunque no fue tan espectacular como la primera vez.