6 de septiembre de 2007

ESA PASIÓN INFANTIL

Hace unos días, más bien semanas, estuve en un delfinario de la Costa del Sol, concretamente en Selwo Marina. Aunque nunca me gustó ver animales en cautividad, ese día disfruté por la proximidad de estos espléndidos mamíferos. He de confesar que desde pequeño, desde muy niño, siento una tremenda atracción hacia el mar y sus criaturas y, en particular, hacia los delfines. En una ocasión los pude oir bajo en agua mientras buceaba (o al menos eso quise creer entonces). Y, después de tantos años, los he tenido delante de mi objetivo haciendo monerías de circo para disfrute de los espectadores y, cómo no, para deleite de este modesto servidor de ustedes, ávido de instantáneas. Sirva para muestra un botón... o cuatro:





Puede que ante estas imágenes haya quien se sienta indiferente. Es una lástima. Para gustos y sentimientos, colores...

EL PUZZLE

Andaba tratando de resolver un puzzle del que me faltaban algunas piezas. Casi me roba el sueño (en alguna ocasión lo consiguió), casi me crispa los nervios, casi sucumbo ante las crisis de ansiedad...

De repente un día veo la luz, aparecen ante mí las piezas que faltaban y completo esa parte del rompecabezas que casi logra su objetivo. Entonces descubro que no me gusta lo que veo, pero es lo que hay. He estado jugando a un juego que no quería jugar. Ahora toca asumir las conseguencias y aceptar el resultado.

Me siento decepcionado, engañado y, hasta cierto punto, ofendido.

Pena de juego. La vida duele.